Lideró el PP vasco durante los años más difíciles. Enterró a decenas de compañeros víctimas de ETA y vivió en primera persona el cruel asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de los terroristas. Carlos Iturgaiz se tuvo que acostumbrar a vivir con miedo –«es una autodefensa», dice– y no tiene ninguna confianza en que la izquierda abertzale apueste por las vías democráticas. «Es como pedirle al Sol que se haga Luna». El eurodiputado popular visitó ayer Puerto Lumbreras y Águilas y atendió a LA OPINIÓN.

¿Cómo se queda tras las revelaciones de los últimos días sobre el proceso de negociación con ETA de 2006?

No me sorprende nada, porque Jaime Mayor Oreja y yo siempre hemos mantenido que se estaban haciendo concesiones a los terroristas. Lo que han hecho Zapatero y Rubalcaba es alta traición a España, a la democracia, a la libertad y, sobre todo, a las víctimas del terrorismo. Han puesto precio político a la paz. Es un escándalo con mayúsculas, pero no me sorprende, porque siempre he sabido que para el PSOE el fin justifica los medios. Lo vimos con los GAL y ahora con el caso Faisán.

¿Dónde está el límite en una negociación con terroristas?

El límite está en que no se puede negociar. A un grupo terrorista hay que liquidarle con la ley en la mano. No puedes negociar, dialogar y hablar absolutamente nada de nada. En este caso, toda negociación que se ha llevado a cabo en la historia con los terroristas ha servido para que ETA se reorganice y se rearme. Tenemos que aprender de los errores.

¿Cree que en la actualidad Gobierno y ETA negocian?

Tengo la sospecha. Y el objetivo de la negociación es que ETA esté en los ayuntamientos. Si se ha iniciado un proceso con mediadores internacionales de gran prestigio es porque lo ha pedido el Gobierno. ETA no tiene fuerza para traer a varios premios Nobel de la Paz. ETA quiere entrar en los ayuntamientos y por eso declaró la última tregua.

¿Qué es realmente Sortu?

Sortu es ETA. No nos engañemos. La banda ha utilizado muchas siglas (HB, Batasuna, ANV, etc). Siempre cambiado cuando lo ha necesitado. Es el mismo perro con distinto collar. No hay ETA buena y ETA mala. Necesitan estar en los ayuntamientos vascos para colocar a su gente y controlar las concejalías de Urbanismo. Utilizan el urbanismo para financiarse, es su segundo impuesto revolucionario.

Hace años que no está en la política de Euskadi y ETA no está tan fuerte como cuando usted era presidente del partido. ¿Sigue viviendo con miedo?

Desgraciadamente hay que tener miedo siempre, porque es una autodefensa. Es muy duro que cientos de políticos, periodistas y jueces de Euskadi tengamos que vivir con un escolta al lado. Cuando, en el Parlamento Europeo, se le explicas a un lituano o a un estonio lo que pasa en el País Vasco te miran como las ratas al tren. No se pueden imaginar que en Europa, en pleno siglo XXI, te maten por defender unas ideas políticas. La banda está débil, pero no hay que fiarse. El jabalí herido es más peligroso que nunca.

¿Veremos a la izquierda abertzale condenar a ETA?

Jamás. Es como pedirle al Sol que se haga Luna, o viceversa. ETA no puede condenarse a sí misma. Me da rabia que se diferencie entre ETA y Batasuna.

¿Volverá algún día a la política nacional o vasca?

Dependerá de Mariano Rajoy. Mi función es estar en el Parlamento Europeo, estoy muy a gusto con compañeros como la murciana Cristina Gutiérrez-Cortines.

¿Cómo ve a la Región?

En el PP nacional tenemos envidia sana de Murcia. Valcárcel hace las cosas bien y los ciudadanos le respetan. Eso algunos no lo toleran y se comportan como hienas salvajes. Lo vimos cuando agredieron al consejero Cruz.