Llamaron al timbre a la una de la madrugada. Abrió la puerta de su casa y, acto seguido, dos guardias civiles le esposaron y le trasladaron a comisaría. Esa misma noche había discutido con su mujer. Ambos compartían casa, pese a estar en proceso de separación. Pero ella no estaba dispuesta a esperar la decisión judicial para librarse de su ´compañero de piso´. Así que le denunció por malos tratos. Los tres días que pasó en el calabozo fueron sólo el comienzo del infierno que vivió Francisco Javier García, acusado de malos tratos por su ex mujer y absuelto semanas más tarde por la Justicia.

Este testimonio fue uno de los que se difundieron ayer en la jornada reivindicativa que la Asociación de Padres de Familia Separados (APFS) de Murcia realizó en la plaza de Santo Domingo de la capital. Durante la mañana, los alrededor de 40 miembros de la organización estuvieron repartiendo globos, caramelos y sobre todo, información para que los ciudadanos sepan que ´ellos´ no son siempre los malos de la película.

Y entre las reivindicaciones, una bien clara: procesos judiciales justos. Los miembros de la organización dejan claro que, ante todo, condenan los malos tratos y agresiones, pero consideran que los procesos judiciales discriminan a los hombres. Poniendo un ejemplo, anotaban que una de las madres se había ido a Alemania, llevándose a su hija sin consentimiento del padre. Si fuese el padre el que se hubiese llevado a la niña, estaría ya detenido, criticaban.

«No somos delincuentes, sólo somos padres», exclamaba ayer Salvador González, quien también fue denunciado por maltrato por su pareja y estuvo cuatro meses -lo que duró su proceso judicial- sin poder ver a sus pequeños de 9, 6 y 2 años. «Llevo toda mi vida trabajando para mi casa, para mi mujer y mis hijos. Cuando me detuvo la Guardia Civil, me quedé muerto. Ahora veo a mis niños cada quince días y me parece muy injusto. Yo me quería separar de mi mujer, no de mis hijos».

En el caso de Francisco Javier García, tras aclararse en un juicio que su ex mujer lo había denunciado para beneficiarse en el proceso de separación, no sólo no recuperó la custodia de su hijo, sino que además archivaron la denuncia que, posteriormente, él le interpuso a su ex pareja por haber vertido falsas acusaciones. Pero las consecuencias a veces van más allá del juzgado. Tras dos años de distanciamiento, la relación de Francisco Javier con su hijo ha cambiado. «Lo espero en la puerta del instituto, me saluda y se va. No quiere estar conmigo, sé que no es por él, que le hacen creer que soy su enemigo, pero es algo durísimo», se lamentaba Francisco Javier, que ayer tuvo que festejar el día del padre sin la felicitación de su hijo.