Ignacio Herranz coordina en Murcia la Asociación de Padres de Familia Separados, que cada jueves por la tarde reúne en el Centro Cultural de Churra a hombres que han vivido su particular calvario a cuenta de la Ley de Violencia de Género, debido a falsas denuncias de malos tratos por parte de sus parejas, entre otras cosas.

¿Qué opina de la Ley de Violencia de Género?

Es una ley muy deficiente, hecha a toda prisa por la presión social y política, que condena a muchos hombres inocentes y no protege a las mujeres porque, ante un posible caso de maltrato, el juez impone una orden de alejamiento que no sirve de freno a un auténtico maltratador. Sin embargo, sí perjudica a los inocentes, que sufren por verse alejados de su casa y de sus hijos. La Ley sólo es útil para aquellas mujeres que quieren obtener una ventaja en su proceso de separación, perjudicando así a otras mujeres que sí son víctimas, y, por supuesto, a hombres inocentes a los que denuncian.

¿En qué consiste esa utilización ventajista de la ley?

Por ejemplo ante un proceso de separación, la mujer denuncia a su pareja por amenazas; da igual que se hayan producido realmente o no, porque ese mismo día se detiene al esposo, que pasa en el calabozo de uno a tres días; se le aplica una orden de alejamiento y, además, la mujer obtiene cautelarmente la guardia y custodia de los hijos, el uso de la vivienda, una pensión de alimentos y régimen de visitas. Esto tardaría de tres a cinco meses en un juzgado de Familia, pero con una denuncia se consigue en un día, de ahí que algunos abogados lleguen a recomendar este tipo de denuncias a las mujeres

.¿Y si luego resulta que es inocente?

La gran mayoría de las denuncias por malos tratos son archivadas o con sentencia absolutoria. Un informe del CGPJ revela que sólo el 15% de las denuncias por malos tratos son condenatorias; otro 17% son sentencias absolutorias; y el resto, más del 50% de las denuncias, son descartadas de inicio por no existir ni siquiera indicios. Lo sorprendente es que el juez de Familia sigue manteniendo las mismas medidas que cuando era un presunto delincuente. La decisión está tomada. Da igual que esos hijos quedaran con la madre en el domicilio tras una denuncia falsa. Da igual que fueran separados durante meses del contacto con el padre. Y da igual acreditar documentalmente que todo fue una estrategia. Esto también favorece la utilización fraudulenta de la Ley de Violencia y perjudica a las mujeres realmente maltratadas.

¿Cómo afrontan esta situación los padres separados?

Con impotencia, porque incluso cuando el propio Juez de Instrucción o de lo Penal recoge en su resolución que la denuncia tenía por objeto obtener una ventaja en la separación, después no se condena a la mujer por esa denuncia falsa. Y gran parte de esas injusticias se evitarían si los juzgados, cuando han verificado que se trata de una denuncia falsa, incoaran diligencias de oficio para depurar la responsabilidad penal de la mujer que lo utilizó. Pero eso es muy complicado que suceda.

¿Y por qué es complicado?

Habría que preguntárselo a los jueces.