El Gordo de la Lotería de Navidad estaba en Molina de Segura, pero ningún vecino se fijó en él. La administración número 5 de este municipio murciano despertó ayer con la noticia de que había repartido el primer premio del sorteo, el 79250, número del que el despacho Santa Cruz tenía diez décimos, una serie completa. Su responsable, Joaquín Bayona, se mostraba desbordado por la alegría de haber repartido tres millones de euros entre sus vecinos, «gente trabajadora de un barrio humilde», según dijo. Además, se encontraba emocionado porque su tío, Santa Cruz, el dueño de la administración, falleció el pasado mes de agosto y son los sobrinos los que se están haciendo cargo del establecimiento «Es una lástima que para un premio que damos no lo vea», subrayó Bayona.

Sin embargo, la alegría no le duró mucho, ya que a mediodía se confirmó que los décimos no se habían vendido y fueron devueltos. La noticia cayó como un jarro de agua fría, tanto entre los responsables de la administración como entre los vecinos de la calle Burgos de Molina de Segura, que salieron rápidamente para saber quiénes habían sido los agraciados.

Unos minutos antes de confirmarse la desafortunada noticia, todos se preguntaban, con una gran expectación, el nombre del afortunado que habría comprado uno de esos décimos y bromeaban diciendo que «hay más banqueros en busca de los millones que premiados, porque aquí nadie da la cara». Entre los curiosos estaba Antonio Molina, un vecino prejubilado que afirmó que «es un gozo que el dinero se quede en el barrio, una alegría inmensa para los vecinos», aunque pronto cambió la expresión alegre por otra de decepción, al saber que El Gordo no se había vendido.

En la administración también estaba el delegado de Loterías y Apuestas del Estado en Murcia, José Laorden, quien se mostró convencido de que los números premiados se habían vendido en Molina de Segura y fue informado por los propios periodistas de que habían sido devueltos. «No he tenido tiempo para preguntarlo porque venía en el coche», dijo antes de apresurarse a confirmarlo.

Carmen Pujante, otra vecina, también se mostró apenada porque el primer premio de la Lotería no se hubiera quedado en el municipio. Mientras que otra joven, Yolanda Rozados, se convirtió en el centro de atención al hablar por teléfono con un familiar que había comprado un décimo del Gordo en un punto de venta de Alicante.

Joaquín Bayona se lamentó de no haber vendido los billetes de Lotería y aseguró que «nos ha pasado por las manos y lo hemos devuelto, no hemos tenido suerte. Pero sacamos muchos números a la venta y esto puede pasar, sobre todo en un año en el que se han comprado menos». Otro empleado de la administración, Juan Teruel, explicó que «es una pena que para una vez que podíamos haber dado algo no se haya vendido». El Gordo pasó por Molina, pero en Santa Cruz el cava no se pudo abrir.