La brecha de la herida empresarial de la Región se agranda por momentos. La guerra que mantienen por los sillones del consejo de administración de la Autoridad Portuaria la patronal cartagenera COEC y la regional CROEM por un lado, y las Cámaras de Murcia y Cartagena, por otro, está destapando otras batallas que, hasta el momento habían permanecido ocultas. Así ocurre con la constitución del Consejo Superior de Cámaras de la Región, disputa a la que se suma Lorca y que también está encallada.

Las Cámaras cartagenera y lorquina no aceptan el reparto de turnos de presidencia que establece la ley regional en el nuevo Consejo por formar y acusan a Murcia de haber repartido los plazos a su medida. De acuerdo con el texto aprobado en la Asamblea Regional, Murcia debe presidirlo durante 27 meses de los cuatro años de mandato que tiene el pleno, a Cartagena le corresponden 14 y a Lorca le tocan 7.

El presidente de la Cámara murciana, Pedro García-Balibrea, añadió que la consejería de Universidades, Empresa e Investigación ha remitido una comunicación a las tres corporaciones para que elijan a sus respectivos representantes y pongan en marcha el proceso. El Consejo constará de seis miembros: los tres presidentes y un segundo representante de cada una de las Cámaras, pero «Cartagena quiere que la elección sea automática. Antes de elegir tiene que constituirse el Consejo. Estamos pendientes de que el consejero, Salvador Marín, nos convoque».

Murcia ya ha elegido a este segundo representante para el Consejo. Será Fulgencio Belando, presidente de la Federación de Empresarios de la Construcción, a la que pertenecen los presidentes de las tres corporaciones.

Lorca y Cartagena rechazan los turnos de presidencia fijados para el nuevo Consejo y, por tanto, se niegan a constituir este órgano. «Murcia se ha hecho un traje a su medida, en otras regiones de España, las organizaciones que tienen representación en el Consejo de Cámaras tienen un voto cada una y la presidencia rota. No nos parece justo que aquí salga ganando Murcia y, por eso, nos negamos a que se cree tal y como se ha establecido», explica el presidente del organismo cameral de Cartagena, Miguel Martínez.

Por su parte, Eusebio Abellán, presidente de la Cámara de Lorca, coincide en que «la Ley se hizo para la Cámara de Murcia» y recuerda que «la Cámara de Arévalo (Ávila) tiene la misma representación que Madrid».

Respecto a la disputa por el puesto en el consejo de administración del puerto, Abellán apuntó que «yo cedí para que se lo repartieran dos años cada uno, en una reunión de los tres presidentes. Lorca se retiraba y dejaba de ser miembro de la Autoridad Portuaria, pero ninguno de ellos aceptó. La postura de Lorca no puede ser más generosa».

García-Balibrea apunta que «la Ley de Cámaras de la Región fue la única que se aprobó en la Asamblea Regional por unanimidad».

Y es que el presidente de la organización murciana cree que es este nuevo Consejo de Cámaras quien debe designar al único representante de las tres que quedará en la Autoridad Portuaria, una opción que su hómologo cartagenero descarta por completo, ya que se mantiene en que si no es Cartagena la que se sienta en el Puerto, que no sea nadie.

Así, las Cámaras de la Región mantiene dos conflictos abiertos que se entrecruzan y que perjudican al mundo empresarial.