La cuenta atrás para la apertura de la nueva Oficina Judicial (NOJ) ha comenzado. El próximo miércoles se pondrá en marcha y ayer se ultimaban los preparativos de sus instalaciones, en la Ciudad de la Justicia de Murcia, donde los funcionarios trasladaban documentos y los operarios montaban muebles. Precisamente para supervisar el estado de la sede de la Oficina Judicial a unos días de su apertura, el secretario de Estado de Justicia, Juan Carlos Campo, visitó ayer el edificio. Y su conclusión es muy positiva: todo está a punto para que el día 10 empiece a funcionar la NOJ.

Según Campo, el sistema informático Minerva funciona perfectamente para agilizar los procesos de la Administración de Justicia; los funcionarios han recibido un formación especializada para desempeñar sus nuevas funciones, y el edificio está diseñado para garantizar la eficacia y la interoperabilidad de todos los agentes implicados en este proceso de cambio.

Por su parte, la Junta de Personal de la NOJ considera que la Oficina se está poniendo en marcha de forma «desorganizada e improvisada», una visión totalmente contraria a la del secretario de Estado, que pidió paciencia durante estos días de traslado a la nueva sede, y que implican, como en cualquier mudanza, un parón en la actividad.

Campo subrayó los múltiples beneficios para los ciudadanos de la nueva Oficina Judicial, con la que «no estamos recuperando una Justicia ágil, porque si tienen memoria sabrán que nunca la hemos tenido, así que estamos fundándola entre todos».

En cuanto a la herramienta para lograr la agilidad y la rapidez de la nueva Oficina Judicial, el sistema informático Minerva, el secretario de Estado de Justicia asegura que es la fundamental para el cambio, ya que «gracias a Minerva, si un funcionario no puede encargarse de trabajar con un expediente que había abierto él mismo, cualquier otro podrá acceder al documento y dar un buen servicio al ciudadano», asegura Campo. Según el secretario, «Minerva lo centraliza todo, permite que los agentes judiciales estén conectados entre sí y que desaparezcan los carros llenos de documentos que llenan los juzgados».

Así, Campo defiende el buen funcionamiento del sistema, pese a las críticas de algunos funcionarios que lo usan a diario y lo definen como «poco flexible e inútil porque ralentiza el trabajo». El secretario cree que los trabajadores aún tienen que adaptarse a los cambios, y que «si Minerva un día da problemas, es buena señal, porque implicará que funciona».

El secretario de Estado dio el visto bueno a las dependencias de la nueva Oficina Judicial, que con el nuevo modelo se organizan en dos unidades básicas de trabajo: la Procesal de Apoyo Directo (UPAD) y los Servicios Comunes Procesales.

Para Campo, el próximo miércoles «culmina un proceso y empieza una nueva era para la justicia, y no son palabras grandes para un cambio pequeño, sino justo lo contrario, son palabras justas para un enorme cambio, realizado entre todos y en el que se observa el sello del ministro Caamaño», concluyó el secretario de Estado de Justicia.