El nuevo aeropuerto regional también ha tenido que «luchar contra los elementos», sólo que en este caso los enemigos no han sido las tormentas atlánticas. El presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, que ayer visitó las obras del aeropuerto internacional que se está construyendo en Corvera, comparó las vicisitudes que ha tenido que superar el proyecto con los avatares que causaron la derrota de la Armada Invencible, la flota naval enviada a Gran Bretaña por Felipe II a finales del siglo XVI, que naufragó en el mar.

Valcárcel, que realizó esta visita coincidiendo con la terminación de las estructuras de la terminal de pasajeros y la torre de control, espera que los primeros aviones puedan despegar del aeropuerto a finales de 2011 o principios de 2012. La primera piedra se colocó en julio de 2008, pero las obras han estado paradas más de un año debido a los problemas financieros que encontró la sociedad concesionaria para financiar los trabajos. Al final, la Comunidad Autónoma avaló un crédito de 200 millones a Aeromur, que ha permitido reanudar los trabajos de construcción este verano.

Aunque en su última reunión con el titular de Fomento, José Blanco, Valcárcel y el ministro acordaron que el trazado del AVE entre Murcia y Cartagena pase por el aeropuerto para conectarlo con ambas ciudades mediante trenes lanzadera, el presidente se mostró convencido de que la construcción de la línea de Alta Velocidad no retrasará la puesta en marcha de la terminal.

Precisó que el aeropuerto «no tendría una estación del AVE, porque entonces convertiríamos al tren de Alta Velocidad en un tren botijo», pero consideró que era preferible garantizarse «el pájaro en mano». El próximo 20 de diciembre, Blanco y Valcárcel firmarán un protocolo que posibilitará la llegada de la Alta Velocidad al aeropuerto. Este proyecto convertiría a la terminal murciana en la primera de España conectada a una línea de Alta Velocidad y la tercera con conexión ferroviaria, después de Madrid y Barcelona.

Valcárcel destacó que, a pesar de los impedimentos que ha tenido que superar el aeropuerto, debido a la crisis económica y a los retrasos originados por «las denuncias ante la UE, que no se sabe de dónde procedían, ahora se está trabajando en tres turnos, las 24 horas al día. Cuando se empezó la obra ya se hablaba de una crisis incipiente, aunque no se sabía lo que se avecinaba».

El presidente recordó que, «como profesor de Historia» considera que al proyecto le había pasado lo mismo que «a la flota naval llamada Invencible que debía conquistar Gran Bretaña. Aquí también ha habido que luchar contra los elementos de una crisis». Ahora, Valcárcel se muestra convencido de que los signos de recuperación económica que empiezan a apreciarse ya en otros países europeos permitirán recuperar los viajeros que ha perdido el aeropuerto de San Javier y llevará a compañías como Ryanair, que ya anunció en su día la supresión de parte de sus vuelos a la Región, a restablecer sus líneas.

Una vez superados los escollos que ha encontrando, Valcárcel espera que el aeropuerto no tendrá nada que envidiar, dado que su pista de tres kilómetros de longitud permitirá el aterrizaje de grandes aparatos, como el Airbus-340. Desde el exterior del edificio, pensado para que lo utilicen tres millones de pasajeros al año, pueden apreciarse ya las nueve rampas de lo que serán las futuras puertas de embarque. En el futuro, podrá ampliarse el número de puertas de embarque hasta las catorce. También se aprecia ya el gran vestíbulo de entrada, que alcanza una superficie de unos 6.000 metros cuadrados, de los 27.000 que tendrá la terminal. Frente a lo que serán las puertas de entrada se está construyendo un gran aparcamiento, que estará cubierto por placas solares capaces de alimentar al aeropuerto de energía eléctrica. También se están excavando balsas para las aguas pluviales, con capacidad para un millón de metros cúbicos. En total, el aeropuerto ocupará unas 306 hectáreas, equivalentes a más de 300 campos de fútbol juntos.