Moratalla es una zona especialmente rica en aguas subterráneas. Por tener más altitud que el resto de la Región y por la propia configuración de su territorio, es raro excavar algunos espacios de su término municipal y no encontrar un nacimiento de agua. El municipio del Noroeste es, por tanto, una auténtica mina para los hidrogeólogos de la Confederación Hidrográfica del Segura, sobre todo desde que en 2004, con motivo de la sequía, la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, autorizara la realización de sondeos con el fin de buscar y aprovechar hasta la última gota de agua en la única cuenca deficitaria de España.

Ahora, estos trabajos han descubierto un yacimiento de agua surgente –el agua sale sola desde el interior de la tierra sin necesidad de utilizar medios mecánicos– que podría aportar 1,6 millones de metros cúbicos al año de agua potable de gran calidad. El ayuntamiento, que gobierna el socialista Juan Llorente, ha solicitado formalmente a la CHS autorización para utilizar parte de estos recursos para el abastecimiento.

El descubrimiento de este manantial de agua potable es consecuencia del trabajo que en los últimos cinco años ha realizado Francisco Turrión, hidrogeólogo de la Comisaría de Aguas, codo con codo con el Sindicato de Riegos de Moratalla y con la autorización del organismo de cuenca.

Los resultados comenzaron a llegar cuando, de la noche a la mañana, los moratalleros descubrieron que la antigua poza termal de Somogil, un manantial de agua situado en el barranco de Hondares donde los vecinos acudían a bañarse antiguamente y que llevaba más de 20 años seco, había de nuevo agua. Sorprendidos por la resurrección de la fuente termal, los regantes y los técnicos de la CHS, liderados por Turrión, se pusieron manos a la obra para averiguar cómo y por qué había sucedido este milagro de la naturaleza.

Y no tardaron en hallar respuestas. El manantial se había secado debido a que, durante décadas, los regantes habían explotado un pozo de sequía situado en la sierra de Somogil, cuyo uso impedía que brotara agua caliente (25 grados centígrados). En un año hidrológico en el que, por la inesperada abundancia de lluvias, el sondeo no fue explotado, la poza volvió a renacer.

El objetivo entonces de los regantes, y del pueblo moratallero en general –«en cada casa de nuestro pueblo hay uno o varios comuneros», dice el alcalde–, era encontrar la fórmula para continuar abasteciendo a las 1.007 hectáreas de albaricoqueros que hay en la localidad con la pervivencia de la poza termal de Somogil. Y aquí de nuevo encontraron el apoyo de la CHS y, cómo no, de Turrión, el experto en sondeos subterráneos.

Agua de gran calidad

La Confederación Hidrográfica del Segura inició entonces nuevos trabajos junto a una balsa de riego que el Sindicato tiene junto al río Alhárabe, a 300 metros aguas abajo del camping de La Puerta, cerca de la poza de Somogil. A aproximadamente 350 metros de profundidad, volvieron a encontrar agua. Una nueva fuente subterránea que, sin necesidad de emplear medios tecnológicos, aporta medio centenar de litros por segundo, lo que equivale a 4,3 millones de litros de agua al día gratis. Más que suficiente para abastecer a la población de Moratalla, de algo más de 5.000 habitantes. Además, si se bombeara el agua, se podrían obtener más de 100 litros por segundo. Y todo ello sin perjuicio del acuífero, pues según el hidrogeólogo Francisco Turrión éste se regenera cuando se deja de extraer agua durante 20 segundos. Por ello, el pozo cuenta con un mecanismo de apertura y cierre. Como si fuera el grifo de una casa.

El agua, además, es de muy buena calidad. Es bicarbonatada cálcico magnésica, tiene una conductividad eléctrica a 25 grados y sólo tiene medio gramo por litro de sales disueltas. Tampoco tiene nitratos. «Es un agua potable que se podría embotellar», afirma Andrés López, presidente del Sindicato de Riegos de Moratalla. Y a coste muy escaso.

Alivio para la economía local

El alcalde de Moratalla, Juan Llorente, y el concejal de Agricultura, Jesús Amo, ambos del PSOE, tienen muy claro que el agua potable que surge del sondeo Alhárabe puede no sólo abastecer a los vecinos, sino que también serviría para aliviar el delicado estado de las arcas municipales.

El ayuntamiento de Moratalla arrastra desde el año 2002 una deuda de 600.000 euros con la Mancomunidad de Canales del Taibilla, la entidad que aporta la totalidad de los recursos que beben los ciudadanos, afirma Juan Llorente. Según el primer edil, si la Confederación Hidrográfica del Segura les autorizara el uso de los caudales que salen del sondeo Alhárabe, el Ayuntamiento dispondría de 450.000 metros cúbicos al año, lo que permitiría reducir prácticamente a la mitad el agua que se adquiere de los Canales del Taibilla.

El Sindicato de Riegos, que tiene la preferencia en el uso del nuevo pozo descubierto, está de acuerdo con las autoridades municipales en la idea de utilizar parte de los recursos para llevarlos a los grifos de las viviendas. «Por el momento, tenemos suficientes aportaciones para regar y no nos opondríamos al planteamiento del Ayuntamiento. Además, el Sindicato de Regantes está formado por moratalleros y trabajamos por y para el pueblo», explica su presidente, Andrés López.

El edil Jesús Amo calcula que el Consistorio podría ahorrarse 250.000 euros anuales si deja de pagar al Taibilla y utiliza caudales del sondeo Alhárabe para el abastecimiento humano. Y ese dinero, tal y como están ahora mismo económicamente la mayoría de los ayuntamientos de España, puede solucionarle muchos problemas a los dirigentes políticos de Moratalla. El edil también recuerda que municipios como Socovos, que está en Albacete pero que pertenece a la cuenca del Segura, se abastecen con pozos. «Lo importante es no pasar necesidad, porque en Moratalla hay recursos suficientes para que nadie pase sed», concluye el regante Andrés López.