«Nunca ha habido intención de hacer negocio y no guardo nada para mis catorce hijos». Así de rotundo se mostró ayer el presidente de la Fundación Católica San Antonio, José Luis Mendoza, al reafirmarse en su intención de donar todos los bienes de la institución a la Iglesia, como avanzó ayer LA OPINIÓN, que desveló que la mitad de su patrimonio se lo entregará a la Diócesis de Cartagena y la otra mitad al Óbolo de San Pedro, que aglutina las donaciones que todos los católicos del mundo le hacen al Papa.

Mendoza comentó que lo único que han hecho en todos estos años es crear una Fundación a la que han aportado mucho dinero y mucho esfuerzo, pero sin ninguna intención de enriquecerse.

«Cuando llegamos al monasterio de Los Jerónimos, estaba hecho una ruina y hemos conseguido levantar una gran Universidad», subrayó.

Respecto a las investigaciones judiciales de las que ha sido objeto tanto él como la Fundación que preside, admitió que tuvo que declarar tras la denuncia de un particular ante la Fiscalía Anticorrupción y ante el Tribunal de Cuentas. «Cuando llegué a declarar, el juez me dijo que no entendía qué hacía allí, porque no había hecho nada», comentó.

De hecho, el presidente de la UCAM señaló que todas las investigaciones judiciales de las que ha sido objeto están cerradas sin consecuencias para él y que el orden de sus cuentas es total. «Al final, Dios siempre pone las cosas en su sitio», dijo Mendoza.