La Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres de Alumnos de la Región de Murcia (Confapa Murcia) planteará a la consejería y al ministerio de Educación que la dislexia sea considerada ya de cara al próximo curso 2010/2011 una necesidad educativa especial, lo que supondría que los escolares afectados por este problema tuviesen el apoyo del profesorado del que hoy carecen.

La dislexia es una causa común de fracaso escolar y afecta a aproximadamente medio millar de estudiantes de la Región, número que puede verse incrementado porque este trastorno puede existir sin que se haya detectado en muchos casos, tal y como apuntan los especialistas.

La dislexia es la dificultad en el aprendizaje de la lectura, la escritura o el cálculo, frecuentemente asociada con trastornos de la coordinación motora y la atención, pero no de la inteligencia.

Los síntomas más habituales que afectan a un disléxico son la lectura lenta, con gran esfuerzo y con muchos errores; la ortografía deficiente, las uniones o separaciones de palabras de forma incorrecta, las dificultades en la automatización de aprendizajes y en la memorización, así como las dificultades en la realización de actividades que impliquen el uso simultáneo de varias habilidades.

Dadas estas particularidades, un niño disléxico necesita que le expliquen varias veces la lección y tarda, por lo general, más tiempo a la hora de hacer un examen al costarle más entender las preguntas.

Un alumno que puede parecer simplemente despistado puede ser disléxico y, por ello, detectar este problema durante los primeros años del ciclo escolar básico es fundamental, tal y como indica el presidente de Confapa Murcia, José Antonio Abellán. «Por ello hay que hacer un esfuerzo y saber qué niños padecen este trastorno», asegura.

Una vez realizada la detección, se trata de obrar en consecuencia, pero para ello debe ser considerada la dislexia una necesidad educativa especial. «Este paso, que debe ser regulado por el Ministerio, permitiría a los afectados poder realizar exámenes orales y tener un apoyo especial por parte del profesorado, , con unidades pedagógicas concretas y un tratamiento adaptado a sus circunstancias, sin que ello implique tener que ubicarlo en otra clase distinta a la suya, pues se trata de que el alumno con este problema, que sufre más que otro que no lo tenga, siga integrado en su entorno», cuenta Abellán.

Un alumno tiene necesidades educativas especiales cuando presenta dificultades mayores que el resto de sus compañeros para acceder a los aprendizajes que se determinan en el currículo que le corresponde por su edad, y, por lo tanto, precisa ayuda para compensar dichas dificultades.

Las necesidades educativas especiales pueden ser temporales y permanentes y se pueden deber a causas físicas, psíquicas, de situación socio-familiar o a inadaptación cultural o lingüística.

Frente común para hacer fuerza

Confapa Murcia hará frente común con las confederaciones de Madrid y Valencia para forzar al Gobierno central a que catalogue la dislexia como necesidad educativa especial, lo que no supondría una inversión especial «sino un tratamiento diferente por parte del profesorado hacia los alumnos afectados, pues en todos los centros docentes hay profesores específicos para atender a niños con ese tipo de necesidades», afirma Abellán.