La querella, presentada en junio de 2008 contra Higinio Marín -que trabajó en la UCAM entre 1998 y 2006- acusaba a éste de hacer llamadas "obscenas y amenazantes" durante casi dos años.

En concreto, Mendoza señalaba que el ex vicerrector lo hacía "movido por el deseo de venganza" y hacía una relación de las llamadas recibidas en su domicilio familiar y en las que se le amenazaba -con frases como "voy a por ti" y "vas a morir"- y se le llamaba "ladrón", "corrupto" o "gentuza". En el auto, el juez señala que los querellados "han incluido en su texto, de forma gratuita y sin ningún rigor, datos importantes con ánimo de querer revestir de falsa apariencia su versión de los hechos".