El objetivo de la vacunación contra el virus es ayudar al sistema inmunológico a defenderse contra las infecciones de la gripe pandémica". Así de contundente se muestra Eric Althoff, portavoz de Novartis, una de las empresas farmacéuticas a las que el Gobierno español solicitó parte de las dosis contra el nuevo virus y cuya sede central se ubica en Suiza. Hace unos meses Sanidad encargó 37 millones de dosis de la vacuna contra la cepa H1N1.

Novartis cuenta con tres tipos de vacunas contra la gripe A, para cuyo desarrollo se utilizaron distintas tecnologías, entre ellas los cultivos de células en lugar de su producción habitual en huevos. La mayoría de las vacunas se fabrican utilizando embriones de pollo, por eso las personas con alergia al huevo deben consultar con su médico antes de vacunarse. Sin embargo, Althoff asegura que una de las vacunas probadas por las autoridades reguladoras de medicamentos en Europa y Estados Unidos se basa en el cultivo celular. "Esta tecnología no depende de los huevos de gallina para la producción de vacunas. Las ventajas potenciales de esta tecnología se refieren al hecho de que se pueden administrar a los pacientes alérgicos a los huevos y evitar añadir aditivos a la producción como los antibióticos".

El pasado mes de junio la farmacéutica fue noticia al negarse a distribuir gratuitamente entre los países pobres la vacuna contra el virus. Althoff asegura que están inmersos en la propuesta basada en "ofrecer un modelo de precios diferenciado y más bajos para garantizar la administración de las vacunas a las zonas necesitadas".