Los planes de la Generalitat para acelerar la fusión entre Caja Mediterráneo (CAM) y Bancaja en plena crisis económica chocaron ayer de frente con el criterio de buena parte del consejo de administración de la entidad con sede en Alicante, del empresariado alicantino y del presidente del PP y de la Diputación provincial, José Joaquín Ripoll. Mientras un destacado sector de la dirección de la CAM mantiene que esta caja tiene potencial suficiente para sobrevivir en solitario, la patronal Coepa aboga por la "pluralidad de proveedores de servicios financieros" y Ripoll mantiene que la integración "no aportaría nada" a ninguna de las dos entidades.

En el consejo de administración de la entidad se baraja incluso la posibilidad de que el Consell plantee hoy aplazar el proceso de renovación de cargos en los órganos representativos de las tres cajas involucradas (CAM, Bancaja y Caixa Ontinyent) como primer paso para abordar una hipotética fusión. En CAM, está previsto que el proceso de renovación termine en una asamblea prevista para febrero. En diciembre, serán elegidos en las Cortes Valencianas los representantes de la Generalitat.

En el consejo de administración, la mayoría de sus 20 miembros -dos de ellos murcianos- son contrarios a la operación por considerar que "CAM es potente y autosuficiente para sobrevivir en solitario como cuarta caja española que es", según indicaron varios de sus miembros que reclamaron el anonimato. En esa línea, cunde el malestar en un amplio sector de la dirección que entiende que el Consell está poniendo en duda las posibilidades de la caja "cuando saca a relucir la amenaza de una hipotética absorción por Caja Madrid y apremia con plazos de dos años sin presentar ningún dato ni estudio sólido que avale la integración". En el consejo también destacan que, en el camino de la fusión, aún quedan dos incógnitas por despejar: demostrar que es buena para la provincia de Alicante y que existe acuerdo con el PSPV-PSOE para alcanzar los dos tercios necesarios en la renovación de las asambleas. "Las prisas del Consell", explicaron fuentes de la cúpula de la caja, "también pueden chocar con los resultados de las elecciones autonómicas y municipales de 2011 y un posible cambio en la correlación de fuerzas" en Valencia.

La dirección de la caja alicantina volvió a recalcar ayer que no entra a valorar lo que considera como "opiniones personales" del conseller Gerardo Camps. A la espera de un anuncio "firme y oficial» de la Generalitat, el consejo reclama "prudencia y confianza", especialmente necesarias en tiempos de crisis. "Nadie nos ha planteado ningún documento, ni se han dirigido a nosotros con una propuesta seria. Sólo sabemos lo que se publica", añadieron.

En el terreno político, el presidente de la Diputación, el zaplanista Ripoll, recalcó que CAM "es una caja de Alicante y Bancaja es una caja de Valencia".

Por su parte, el secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, exigió ayer al PP que deje de utilizar las cajas de ahorro "con tanta frivolidad, desprecio y falta de responsabilidad" y añadió que está dispuesto a hablar de una futura fusión si hay "consenso".