A pesar de los miles de panteones, nichos y fosas que los murcianos engalanaron ayer con motivo del Día de Todos los Santos, este año la crisis ha golpeado con fuerza el negocio de las flores. Los comerciantes de la Región estiman que las ventas han caído hasta un 40 por ciento en esta última festividad y cifran pérdidas de entre 8.000 y 9.000 euros.

"Yo no le tengo miedo a la competencia desleal, pero la desleal me cabrea. Los vendedores ambulantes e incluso los propios productores nos están arruinando vendiendo por debajo del precio de mercado. Desde el ayuntamiento de Murcia no se realiza ningún tipo de inspección y esto es insostenible", se lamentaba un comerciante del cementerio de Nuestro Padre Jesús.

Lo cierto es que la calidad de algunas tarrinas que ofertaban los vendedores ambulantes dejaba mucho que desear. Así lo afirmaba Marisol, una murciana que acudió ayer a visitar a sus difuntos al campo santo de Beniaján: "Las flores de este año son muy malas. La crisis se ha notado y mucho. Incluso he visto personas que han puesto rosas de plástico en los panteones. ¡Qué vergüenza!".

El pasado año ya fue malo para los floristas, pero este se presenta aún peor. "Después de la celebración de Todos los Santos, nosotros no volvemos a vender una flor hasta el Día del Padre. Este fin de semana ha sido pésimo para el negocio y no sé cómo vamos a salir a delante", explicaba un florista murciano, que reconocía que había tenido que rebajar los precios por la fuerte competencia de los vendedores ambulantes.

Las margaritas, las rosas, los claveles y los crisantemos han sido las flores favoritas por los murcianos debido a su relación calidad-precio, según indicaba una vendedora.

El propietario de una floristería procedente de una familia con una experiencia en el sector, consideraba que la tradición de llevar flores a los familiares difuntos no desaparecerá. "Al final siempre, cuando uno se va haciendo maduro y va perdiendo a sus seres queridos se acuerda de ellos estos días", finalizó.