Que las mascotas se parecen a sus dueños es algo sabido, pero además, los animales de compañía sufren al igual que las personas los efectos negativos de los contaminantes ambientales sobre su salud, de ahí que se hayan disparado los casos de alergias y tumores entre las mascotas. Debido a este incremento, el hospital Veterinario de La Flota ha puesto en marcha un Servicio de Oncología que viene funcionando desde hace unos meses y con el que se aplican los avances en medicina también a los animales de compañía, "ya que cada vez hay más casos de cáncer en perros y gatos", señaló el director del centro, José Ignacio Álvaro Ruiz.

A estos 'pacientes' se les administra tratamiento farmacológico o sesiones de quimioterapia, dependiendo del diagnóstico y la gravedad del tumor. Así, Álvaro Ruiz dijo que actualmente hay cuatro mascotas recibiendo quimioterapia en el centro hospitalario, pero subrayó que los efectos secundarios en los animales son menores que en las personas, ya que las dosis de quimio son más bajas porque no se busca erradicar el tumor por completo, sino alargarles la vida.

Además, el director del hospital Veterinario de La Flota destacó que entre los cánceres más frecuentes se encuentran los tumores de mama, los osteosarcomas, leucemias, linfomas y mastocistomas. Pero al Servicio de Oncología se unen otros que este centro ha puesto en marcha como el de Traumatología, en el que ya han practicado intervenciones de prótesis de cadera o cirugía de columna.

Los veterinarios responsables también realizan a las mascotas estudios de ecocardio, al contar con salas específicas para problemas de corazón. Una de las últimas técnicas que ha incorporado el hospital es la cirugía por laparoscopia con la que se opera al animal sin tener que abrirlo. Así, el veterinario se sirve sólo de unas pequeñas incisiones para intervenir a la hora de realizar una castración, extraer cálculos o cuerpos extraños que el animal haya ingerido. La laparoscopia también es utilizada por los veterinarios del hospital en los casos de gastroparesia preventiva -cuando el estómago se da la vuelta-, algo habitual en perros de gran tamaño.