Conforme nos acercamos a Cieza, llama la atención de los viajeros los restos de un antiguo castillo encaramado en lo alto de un escabroso y abrupto monte conocido en la localidad, por ese motivo, como ´Cerro del Castillo´.

Este castillo es conocido como ´Castillo de Cieza´, pero los aficionados y curiosos de la historia les extrañará el que un castillo que en principio estaría dedicado a la defensa y amparo de los vecinos se encontrara tan retirado y con tan difícil comunicación del núcleo urbano al que en teoría tendría que guarnecer.

La realidad es que el castillo de Cieza estaba, por supuesto, dedicado a la defensa de Cieza€ pero de la Cieza musulmana, la Siyâsa islámica de la que resurgió la Cieza (Siesa) cristiana tras el abandono de la población árabe a consecuencia de la revuelta mudéjar de 1264-66 y que fue repoblada, a partir de esos años, por cristianos procedentes de los reinos de Castilla y Aragón. Siguiendo la descripción de J. Navarro, arqueólogo encargado de la excavación de Siyâsa y principal valedor de la importancia del conjunto andalusí: «La fortaleza de Siyâsa estaba emplazada en la parte más alta del cabezo donde se asienta, aprovechando los escarpes rocosos. Constaba de dos recintos, uno inferior, denominado ´albacar´, cuya función sería acoger a la población en caso de peligro. En su interior hay una amplia aljibe de tapial, subdividida en tres sectores (los ´Baños de la Reina Mora´ de las fantasías infantiles de los vecinos). El recinto superior o ´celoquia´, situado en el punto más elevado, se comunicaba con el albacar a través de una puerta protegida por una torre cuadrada de la que parten dos tramos de muralla que forman ángulo recto»€ y que constituyen la parte más visible de las ruinas en la actualidad. Esta torre constaba de dos plantas, en la inferior se encuentra una saetera que mira hacia el norte, en la que sería segunda planta quedan los restos de tres amplios ventanales. Tanto la torre como las murallas anexas están construidas con un sólido tapial de argamasa.

La primera referencia documental en que se cita al castillo de Cieza la encontramos con motivo del tratado de Alcaraz (2 de abril de 1243), por el que el Reino musulmán de Murcia rinde pleitesía al Reino de Castilla€entre las poblaciones que aceptan este pacto se encuentra Siyâsa «sennoreada sobre si».

El 5 de julio de 1243 el castillo de Cieza ya está en poder de los castellanos siendo su primer alcaide cristiano D. Gome Pérez Correa. Durante estos años el castillo se iría adaptando a las necesidades y usos cristianos que afectaría sobre todo, a la parte superior quedando el albacar prácticamente abandonado.

En 1281 Alfonso X hace donación de la villa de Cieza€ «y su castillo» a la Orden de Santiago, por lo que por estos años finales del siglo XIII el castillo de Cieza pasa a manos de la todopoderosa orden militar y también por esa época los repobladores cristianos abandonan la incómoda Siyâsa y se trasladan al llano donde se asienta la actual Cieza.

El castillo permaneció más o menos operativo durante siglo y medio donde la orden de Santiago mantendría una guarnición de retén y donde no sería aventurado pensar residiera el comendador de la misma en Cieza.

Este orden de cosas perduró hasta 1457 en que nuestro castillo se vio inmerso en las luchas inter-nobiliarias entre los Fajardo por hacerse con el control del Reino de Murcia€ Alfonso Fajardo enfrentado al rey de Castilla Enrique IV se apoderó del castillo de Cieza y lo convirtió en su cuartel general, esto fue motivo suficiente para que el rey ordenara el cerco del mismo y su rendición y decidiera su destrucción para evitar ser reutilizado.

En 1468 los visitadores de la orden de Santiago señalan que: «el castillo fue destruido por las fuerzas del Adelantado Pedro Fajardo por orden del rey».

Derruido el castillo, abandonado, retirado de la población a la que debería custodiar, el paso de los años terminó de arruinar lo que en su momento significó un importante conjunto histórico y defensivo y que hoy en día todavía es una seña de identidad de nuestra población.