Las primeras referencias del paso El Santo Sepulcro lo remontan como muy tarde a mediados del siglo XVII, cuando la Cofradía de la Sangre de Cristo contaba con un Crucificado con el que, desenclavado de la cruz y depositado en un catafalco, se celebraba por la tarde la ceremonia del descendimiento y la posterior Procesión del Santo Entierro de Cristo. Así lo corrobora en 1682 el documento de cesión de unos terrenos que la comunidad franciscana que pretende instalarse en Cieza solicita para la edificación del que luego será convento de Franciscanos Descalzos de San Joaquín y Custodia de San Pascual, y según el cual, en contrapartida, la cercana ermita de San Sebastián, en la que se custodiaba El Santo Sepulcro, se convertiría en un hospicio que habrían de regentar los propios frailes. En el acuerdo que se suscribe entre ambas partes se hace constar que «debe hacerse en el convento una capilla para colocar el Santo Sepulcro el Viernes Santo, y así pueda hacerse la Procesión del Santo Entierro de Jesucristo y se pueda entregar el Santo Crucifijo que hay en la Ermita de San Sebastián llevado en procesión desde la Iglesia de la asunción.

Se desconoce, sin embargo, desde cuándo contó el paso con una imagen realizada ex profeso, pero lo cierto es que los primeros testimonios sobre una imagen de Cristo Yacente datan del siglo XIX y que ésta, de autoría desconocida, fue destruida en la Guerra Civil. La imagen procesionaba en el interior de una urna (conservada todavía hoy) que asemejaba la forma de una cama con dosel, lo que motivó que el paso fuera conocido con el sobrenombre de La Cama de Cristo, como popularmente se le sigue llamando hoy día. Desde la segunda mitad del siglo XIX, el Santo Sepulcro y su camarería estuvieron vinculados a la familia Capdevila, desfilando en el seno de la Cofradía de Jesús, que era la que sufragaba los gastos derivados del mantenimiento del mismo. Al término de la Guerra Civil y durante algunos años figuró como paso independiente, para pasar finalmente a formar parte de la Cofradía de La Oración del Huerto, de la que sería su segundo titular.

Orígenes de La Oración del Huerto

Por su parte, el paso La Oración del Huerto pudo haber sido esculpido por autor desconocido en las primeras décadas del siglo XIX para desfilar bajo los auspicios de la Cofradía de Jesús, que corría con los gastos derivados del mantenimiento del mismo y a la que pertenecen también los anderos de este paso. A mediados de ese siglo aparece ligado a la familia Aguado y Moxó, a la que perteneció hasta que le fue adquirido por la cofradía; desde un cocherón de su propiedad La Oración del Huerto participaba en la tradicional Traída de los Santos, y cuando ésta dejó de celebrarse siguió contando durante años con un popular traslado en la tarde de Miércoles Santo.

En 1935 los anderos de La Oración del Huerto, hombres de avanzada edad al servicio de la familia Moxó, tras el traslado del Miércoles Santo en el que el paso ha estado a punto de venírseles abajo por su gran peso, rehúsan procesionarlo esa noche. A petición de los hermanos Yarza, un grupo de jóvenes que solían reunirse en la Barbería de ´Gige´, en la calle Cartas, encabezados por Bartolomé Herrera, cargó aquel año con ´los Dormijosos´, como popularmente se conocía al paso. Deciden constituirse en cofradía, pero lamentablemente un año después estallaría la Guerra Civil. Reunidos nuevamente al término de ésta, bajo la presidencia primero de don Pascual Moreno Balsalobre y después de don Santiago García García, inician los trámites precisos para que la Cofradía quede legalizada (en principio con la intención de que la Cofradía fuera filial de la de Jesús, pero definitivamente con carácter independiente), lo que se consigue siendo presidente de la misma don Manuel Semitiel Aroca (1943-1949) y pasando a conocerse entre las gentes de Cieza, en el transcurso de los años, como ´los Dormis´.

En el mismo año de 1940, la cofradía procesiona también con el Santo Sepulcro, que no iba a tener lugar por haberse destruido la imagen del Señor. Durante toda la tarde del Viernes Santo los cofrades se dedican a la laboriosa tarea de armar el trono, en el que colocan un Cristo de escayola de medio cuerpo tapado con un valioso sudario propiedad de la camarera del paso, Dª Mariquita Capdevila. Ella misma encarga dos años después al escultor local Manuel Juan Carrillo Marco una nueva imagen para El Santo Sepulcro que procesiona en 1943 y que se conserva actualmente en una urna de cristal en la capilla de Soledad, en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción. En 1951, ante el lastimoso estado del trono, el escultor Carrillo, por encargo de la Cofradía, realiza el nuevo grupo escultórico del Santo Sepulcro y su correspondiente trono dorado y tallado en madera, aprovechando la imagen de Jesús que esculpiera con anterioridad, al que se le van adosando hasta un total de cuatro ángeles custodios para quedar definitivamente acabado el año 1963 cuando Carrillo talla también un nuevo Yacente para la cofradía con el fin de sustituir al que hasta entonces venía procesionando. Las últimas intervenciones en el paso se efectuaron en 1985, cuando el propio Carrillo restauró las imágenes, y en 1992, año en que Carmen Carrillo, hija del anterior, hizo lo propio con el trono. Desde su primera remodelación el paso no ha faltado a la cita con su traslado de la tarde de Viernes Santo, traslado que se realiza, como es tradicional, al son de los pasodobles de la Cofradía, hecho éste que en alguna que otra época trajo consigo no pocos inconvenientes.

El morado, su color

En 1949, bajo la presidencia de don Antonio Torres Ortega, desfilan por primera vez nazarenos con el uniforme actual de la cofradía, de color morado, y en 1954 se sustituyen las túnicas de percal negro de los anderos (color heredado de la Cofradía de Jesús) por las actuales moradas. En la década de los cincuenta se suceden al frente de la Cofradía don José Lucas Avellaneda (1950-1953 y 1957-1959), don Antonio Lucas Saorín (1953-1956) y don Antonio Alcaraz Ballesta (1956), que volverá a serlo entre 1961-1963.

En 1950, la cofradía encarga un grupo escultórico de cinco imágenes, La Entrada de Jesús en Jerusalén, popularmente conocido como ´La Burrica´, al escultor Carrillo, quien también realiza un primer trono para el mismo; dicho trono será sustituido a principios de los años sesenta por otro realizado en 1967 por el artista local Manuel Jaén. Con posterioridad, no obstante, y durante unos años, el grupo escultórico desfilará sobre el antiguo tarimón del paso de La Oración del Huerto, hasta que en 1988 Manuel Juan Carrillo realice una nueva plataforma que fue terminada, con arreglo al proyecto de trono original, por su discípulo, el ciezano Bonifacio Pérez Ballesteros el año 2003, habiéndose llevado a cabo la restauración de las imágenes un año antes en los talleres de Javier Bernal Casanova. Con la realización del paso de ´la Burrica´ se instauraba asimismo la Procesión de la Palma, cuya consolidación en la Semana Santa ciezana encontró, sin embargo, no pocas dificultades.

En 1952, la Cofradía estrena su estandarte, bordado en oro y seda en el convento de Carmelitas Descalzas de Lorca, así como faroles de tercio y los actuales báculos, unos y otros realizados en los talleres ciezanos del maestro Penalva. El Domingo de Resurrección de ese mismo año se bendice en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción la escultura tallada en madera del Ángel de la Cruz Triunfante, obra, al igual que el trono, de Manuel Juan Carrillo Marco, con lo que la cofradía se evita procesionar, como había hecho desde 1943, con el propio Ángel de La Oración del Huerto en la Procesión de Jesús Resucitado. La imagen del Ángel de la Cruz Triunfante de Carrillo será sustituida en 1970 por otra de mayor tamaño debida a la gubia del escultor murciano José Sánchez Lozano y que procesionará sobre un nuevo trono del propio Carrillo, en tanto que la talla original de éste será recuperada en 1984 para el desfile del tercio infantil de la Cofradía.

En 1966 y ya con don José Salmerón Salmerón al frente de la Cofradía, se entra en contacto con la familia Moxó para obtener la propiedad del paso titular, adquiriéndose el trono y las tres imágenes de los Apóstoles, desapareciendo de Cieza el Ángel y conservando la familia la escultura del Señor. Un año después Sánchez Lozano talla sendas esculturas del Cristo y del Ángel, fieles réplicas de las de Salzillo, reformando a su vez el grupo de los Apóstoles; el grupo escultórico fue restaurado por última vez para la Semana Santa 2014 por la restauradora ciezana Ana Martínez Guardiola. Será finalmente en 1972, bajo la presidencia de don Antonio Galindo Tormo (1969-1978) cuando se realice en Murcia un nuevo trono para el paso titular tallado en madera y dorado en los talleres de los Hermanos Lorente, que en 2012 restauró y volvió a dorar el artista cordobés Cristóbal Cubero Molina.

En 1973, bajo el mandato de don Antonio Galindo Tormo, desfila por primera vez La Caída, obra de José Sánchez Lozano, aunque sólo con las imágenes de Jesús y Simón de Cirene, incorporándosele el sayón al año siguiente, y lo hace sobre el trono que Manuel Jaén construyera para ´La Burrica´. Con la llegada de este nuevo paso, el titular, que venía desfilando en la Procesión General Miércoles Santo en la noche y en la Procesión del Penitente Viernes Santo en la mañana, dejará de hacerlo en esta segunda para incorporarse a la Procesión del Prendimiento en la noche de Martes Santo. El grupo escultórico de La Caída fue restaurado en 2006 por Javier Bernal Casanova y su trono fue remozado, enriquecido y dorado por el tronista ciezano Bonifacio Pérez Ballesteros.

Tras el mandato de don Antonio Gómez Salmerón durante el año de 1979, comienza su andadura como Presidente D. Diego Ortega Rojas (1980-1999), quien encarga una nueva túnica para las imágenes de Cristo de La Oración del Huerto y de La Caída, y bajo cuyo mandato la cofradía construirá en el año 1991 su propia Casa-Museo en los aledaños de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción.

El sexto paso

En 1988 la cofradía adquiere su sexto paso, La Unción de Jesús en Betania, obra de Carmen Carrillo Ortega, integrado por las imágenes de Lázaro y María, que desfila provisionalmente sobre una plataforma obra de Manuel J. Carrillo montada a su vez sobre la de La Burrica. Remozadas éstas un año después, en 1997 la propia escultora tallará las imágenes de Lázaro y Marta que completan el paso, que desde ese año procesionará sobre un nuevo trono realizado en cobre y plata por el orfebre ciezano Diego Penalva. El paso, que hasta entonces participaba en la Procesión del Prendimiento en lugar de La Oración del Huerto, pasará a integrarse en la Procesión General, con lo que el titular quedará definitivamente ubicado en la primera. En el año 2000 y bajo la presidencia de su actual, D. José Penalva Salmerón, la cofradía renueva el vestuario de andero, que recupera el tradicional gorro de ´moco´ y el cíngulo, introduciendo por primera vez para éstos la túnica de terciopelo en lugar de las habituales de tergal. Por último, en el año 2008 la cofradía estrena unos nuevos faroles de tercio realizados totalmente en plata por el orfebre de Fuengirola Cristóbal Angulo Ramírez siguiendo el diseño del cofrade Abelardo Salmerón, así como un nuevo varal para su estandarte, realizado también por el orfebre malagueño en consonancia con el diseño de los faroles.

Cabe señalar finalmente que la cofradía atesora un riquísimo patrimonio musical en el que, entre otras, figuran composiciones de los maestros José Gómez Villa, Antonio Salmerón Morote y José Vélez, amén del pasodoble titular de la cofradía, compuesto en 1943 por el ciezano Antonio León.