El sacerdote Antonio Muñoz Catalán celebró este sábado su última eucaristía en Cieza. Han sido 23 años de servicio a la comunidad eclesiástica en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y a la Junta de Hermandades Pasionarias, de la que ha sido su consiliario. El cura, que ha cumplido recientemente sus 50 años de dedicación pastoral, estuvo arropado por cientos de vecinos que lo despidieron con vítores y aplausos.

El cariño hacia Don Antonio fue manifiesto durante la hora y media larga que duró la ceremonia. Ha sido un embajador de la palabra de Dios que ha dejado huella en el corazón de los feligreses y de todo el pueblo. Ha sabido impregnarse de las costumbres del municipio, constituyendo durante todos estos años una figura imprescindible de los desfiles procesionales. Ha sido además padre y guía de cientos de ciezanos y ciezanas que han encontrado en su saber escuchar y estar a un amigo.

Cuando la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza lo nombró Nazareno del Año en 2014, el profesor de Derecho Enrique Centeno, colaborador de LA OPINIÓN DE MURCIA, lo calificó como "un hombre bueno, valiente y que sobresale por su inteligencia evangélica y su completa dedicación a los siervos de Dios".

Natural de Cehegín y con 50 años de ejercicio pastoral a sus espaldas, Don Antonio ha estado al frente de la Basílica de Nuestra Señora de La Asunción durante los últimos 23 años. Realizó su camino pastoral en Lorca y en Yecla, para llegar a Cieza en otoño de 1992. Su cercanía a la Semana Santa hizo que la Junta de Hermandades Pasionarias lo eligiera como su consiliario.