Juan José Gómez Espinosa vive en Madrid 360 días al año, porque los otros cinco los pasa en Cieza acompañado por su familia coincidiendo con la Semana Santa. Se casó con la ciezana Asunción Lucas Yuste hace ya 47 años y fue ella la que le inculcó su amor por el Santísimo Cristo del Consuelo, el Señor de Cieza, el Imán de todos los ciezanos y también el de muchos que no lo son.

Padece una grave enfermedad que le limita sobremanera su movilidad. Sin embargo, cada Viernes Santo por la mañana, es por unos metros costalero del Santo Cristo. Con la túnica encarnada ya puesta, lo espera en la Esquina del Convento y allí se incorpora a la carrera de la Procesión del Penitente con la ayuda de su cuñado, Santiago Lucas Yuste. Mientras dura su pequeña peregrinación, las lágrimas se hacen presentes en los ojos de este hombre que lleva a Cieza y a su semana mayor en lo más hondo de su corazón.

Cuenta su cuñada, Charo La Roda, que Juan José vive 364 días por y para asistir a la Procesión del Penitente de Viernes Santo por la mañana y poder así alzar en sus hombros la venerada imagen. «Cada noche le reza y le pide poder llevar a nuestro Cristo unos metros más que el año anterior», dice Charo, quien cree que su cuñado, cada año que pasa, está mejor gracias a la fe que le profesa. «Él está convencido de que esto es así y nosotros también y por eso, siempre que podamos, seguiremos yendo a Cieza por su Semana Santa y por nuestra admirada imagen».