El ministerio de Trabajo ha concedido a Cieza la realización de una escuela taller que va a emplear, durante un año, a 20 jóvenes del municipio que estén inscritos en las oficinas del Servicio de Empleo y Formación (SEF). Con el nombre de Escuela Taller Fuente del Ojo, los 20 alumnos se van a encargar de rehabilitar la antigua fuente de lavar del Camino de la Fuente, que fue desenterrada hace unos años después de que el Ayuntamiento decidiera en los años 80 destruirla. El edil de Empleo, Francisco Castaño, ha informado de que el Ministerio ya ha presupuestado el proyecto con un montante de 186.000 euros, que serán empleados para costear el material y pagar los salarios de los 20 jóvenes que se van a contratar.

En próximas fechas, las bases y la memoria del taller serán elaboradas por el organismo competente. Por otra parte, Castaño ha reseñado que el Consistorio está negociando la consecución de un taller de empleo, un proyecto de similares características al de las escuelas taller, pero para el que ya no existe límite de edad, estando especialmente destinado a personas con dificultades a la hora de encontrar un trabajo. La Fuente del Ojo de Cieza fue durante casi un siglo bastante más que un simple lavadero público. Tal es así, que durante años los vecinos acudían a ella en la tarde de Viernes Santo. «Era una hermosa forma de esparcimiento y ocio, una manera pacífica de relacionarse, una especie de romería civil a extramuros», según relata el escritor local Joaquín Gómez Carrillo en su blog de Internet El pico de la Atalaya. Pero el arroyo que le da nombre se descubriría mucho antes, allá por el año 1499.

Sin embargo, tras casi cinco siglos de gloria, la roturación del subsuelo de la sierra de Ascoy a partir del último cuarto del siglo XX, donde nacía el riachuelo, y su posterior canalización, acabarían con esta historia a la que ahora el Ayuntamiento quiere darle un final feliz.

Erigida en 1882, es una construcción que ha formado parte de la memoria histórica de las últimas generaciones de ciezanos. Fue diseñada por el famoso arquitecto Justo Millán Espinosa y construida por Pascual Marín González, habiendo sido objeto de una remodelación en 1961 por el arquitecto Ángel Beltrí, que alteró sustancialmente su forjado original.