El delegado del Gobierno en la Región, Joaquín Bascuñana, y la jefa provincial de Tráfico, Virginia Jerez, han entregado un vehículo especializado de la DGT al alcalde de Cieza, Antonio Tamayo, que ayudará a la prevención de infracciones relacionadas con la conducción.

Se trata de un monovolumen Fiat Scudo, que está equipado con etilómetro evidencial para controles de alcoholemia y de una emisora para comunicaciones internas y luces prioritarias para aviso a los conductores. Además, cuenta en su interior con una pequeña oficina para realizar atestados y las gestiones oportunas derivadas de su uso. Igualmente, incorpora un cinemómetro, un aparato que permitirá realizar las actuaciones necesarias en pro de la seguridad vial en determinados puntos urbanos que se consideren conflictivos por exceso de velocidad o velocidad no respetada.

La cesión se enmarca en el cumplimiento de convenios bilaterales de seguridad vial que se firmaron a lo largo de los últimos años entre los ayuntamientos y la Jefatura Provincial de Tráfico. Precisamente, Bascuñana ha declarado que la Región de Murcia es la única comunidad española en la que todos sus consistorios se han adherido a estos acuerdos.

A su juicio, esto "pone de manifiesto el esfuerzo de todos los municipios regionales por reforzar la seguridad vial y evidencian la excelente colaboración que mantienen con la DGT a través de la Jefatura Provincial de Tráfico".

El delegado del Gobierno se pronunció sobre el proyecto de apertura en Cieza de una oficina permanente para la renovación del DNI y el pasaporte que también serviría como oficina de extranjería.

Bacuñana subrayó que el proyecto sigue vigente. "El proyecto no está olvidado, ya de los tres municipios que lo han solicitado, Cieza está en primer lugar, teniendo en cuenta además aquí existe hasta un local municipal cedido para tal fin". El representante del Estado en Murcia añadió que para la puesta en marcha de la oficina "hay que comprar equipos muy caros, por lo que se trata de un proyecto que no es fácil".

La posible apertura de esta oficina es lo que queda de las promesas políticas que los partidos vinieron realizando durante años asegurando la reapertura de la Comisaría de Policía Nacional, un retorno de los uniformados que, finalmente, parece que no se va a dar después de que en los años 80 fueran "prácticamente echados" de Cieza.