"Los ciezanos podemos y debemos presumir de tener uno de los patronos más antiguos de España y de los que más devoción ha tenido a lo largo de más de VI siglos". Es una de las frases pronunciadas por Cristóbal Herrera durante el pregón de la Feria 2014 que ofreció este sábado en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción. Una oratoria, presidia por el alcalde de Cieza, Antonio Tamayo, en la que no faltaron referencias a la feria de antes y a la de ahora.

Porque para Herrera, parafraseando al párroco Antonio Muñoz Cataán, "necesitamos las fiestas para recuperar nuestra verdadera vocación, no somos una individualidad, aunque intuitivamente seamos uno, somos una comunidad, nacemos en una comunidad, nos realizamos en ella y encontramos nuestra felicidad en la comunidad".

Pero Cristóbal Herrera no cree que a los largo de los años, la feria haya cambiado tanto. Y para ello comparó lo de ahora con lo de antes. "La feria comenzaba anunciándola la pita y el tamboril, y nunca hemos dejado de tener al tío de la pita, unas veces con y otras sin tambor, pero nunca han faltado. Como aparece en Ecos del Segura en 1.909, en un artículo de Diego Martínez Pareja "suprimid la Pita y le habéis quitado a las fiesta su sabor clásico".

"Continuaba con el castillo de fuegos artificiales, que data del siglo XVI, se disparaban dos uno, el día 23 en el arenal y otro el 24 en la esquina del convento, pero siempre hemos tenido castillo".

El traslado, misa y culto a nuestro Patrón "siempre han estado, aunque han sufrido variaciones, la procesión era el día 24 por la mañana, luego pasó al 15 de agosto y este año por primera vez al 23, pero siempre ha estado presidiendo esta Basílica para comenzar la Feria, y las misas, que había varias, luego solo el día 24 , en 1.984 comenzó la primera misa huertana por la mañana, este año se traslada a la tarde, pero ni en una sola festividad de San Bartolomé ha faltado su ceremonia", dijo Herrera durante su pregón.

Según orador, los toros, imprescindible en cualquier feria, Cieza los "han estado desde que hay conocimiento de la festividad. Al principio se realizaban en la plaza mayor, y entablada para la ocasión, se traía el ganado a pié por las calles del pueblo, se encerraban en el patio de una casa de la calle de La Hoz y luego en la esquina de Diego Tortosa. Cuál sería el fervor por los toros que en 1.795 el rey Carlos IV concede licencia para celebrar corridas de toros en la feria y fiestas de San Bartolomé siempre que no fueran toros o vacas con muerte, ya que había una prohibición real en toda España para celebrar festejos taurinos".

"Los carruseles, pasan del clásico "tiovivo" de madera a verdaderas obras de ingeniería en la actualidad. Las casetas de juguetes.., desgraciadamente, los niños tienen de todo, nada le llama la atención, pero les hace ilusión darse una vuelta por ellas y pedir algún regalo".

Referencias a la gastronomía tampoco faltaron en este pregón. "De ese lugar para relajarse y llenar el estómago siempre hemos podido disfrutar, porque desde hace siglos, eran las turroneras donde se servía el aguardiente y copas; continuó con las horchaterías y hoy en día son las tascas".

"Y ¿el espectáculo?, pues tampoco ha faltado nunca, al principio eran los cristobicas, más tarde las comedias (ya en la feria de 1.897 el señor Galindo estrena el primer escenario en su plaza de toros), y luego los teatros y las compañías de revista dan paso a los conciertos musicales".