No hay aventura más placentera y a la vez más trepidante para todo aquel que se atreve a descender por las furiosas aguas del río Segura a su paso por el Cañón de los Almadenes. De ello pueden dar fe los casi 100 deportistas que ayer sábado participaron en la XXIX edición del Descenso de Cañón de Almadenes en Balsas Rústicas, una de las pruebas más esperadas de cuantas se celebran en le Región en esta época estival y que organiza la Organización Juvenil Española -OJE- de Cieza.

De hecho, las plazas de las 20 embarcaciones que como máximo pueden descender por el Cañón estaban cubiertas desde hace aproximadamente dos meses. Los participantes se dieron cita a primera hora en el polideportivo municipal Mariano Rojas de Cieza y de allí partieron hasta el puente de Calasparra, introduciéndose en el río y completando el primer tramo de la prueba hasta la Presa de la Mulata. Entre ellos se encontraba el ciezano Teodoro García, diputado en el Congreso por el Partido Popular.

Tras un refrigerio, los aventureros comenzaron a soltar adrenalina con los remolinos, los rápidos y las escorrentías que tuvieron que sortear en este desconocido río Segura, joven, salvaje y lleno de vida. Fueron los primeros rápidos que dieron paso después a aguas un poco más tranquilas, pero encajonadas entre paredes de más de 100 metros de altura.

Entre tanto, el paisaje se convierte en el verdadero aliciente de estos deportistas para completar su hazaña, una delicia para los cinco sentidos al contemplar la naturaleza en su estado más virgen en todos los puntos de la travesía.

Tras arribar a la vieja central eléctrica de Almadenes, los participantes se trasladaron hasta el Camping de Los Losares, donde han pasado la noche. Afortunadamente, no hubo que registrar ningún percance a excepción de las típicas rozaduras y lesiones menores.

Desde primera hora de esta mañana, los navegantes tenían previsto completar la última etapa entre el paraje del río Muerto hasta el embarcadero de La Era.

Travesía. El diputado Teodoro García se presta al desafío

El diputado nacional Teodoro García pasó más de un apuro durante su descenso por las turbulentas aguas de Almadenes. Llegó incluso a caerse de la embarcación en la que viajaba y esperar a que llegara la zódiac de la organización, en la que completó la travesía. «Lo he pasado realmente mal, el cañón de Almadenes no es ninguna broma», declaró tras llegar al campamento base de Los Losares.

Los ojos del cañón de Almadenes

Para garantizar la seguridad de los navegantes en el descenso, la organización dispuso un gran despliegue de seguridad compuesto por radioaficionados del Radio Club Charlie Mike y Remer, Cruz Roja, espeleólogos de la Federación Murciana de Espeleología y expertos en submarinismo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil.

Cabe destacar que en el cañón de Almadenes, los móviles no funcionan. Ni si quiera los grupos de la Guardia Civil, forestales o Cruz Roja tienen cobertura en sus aparatos. Por eso, los radioaficionados del Radio Club Charlie Mike y Remer son imprescindibles durante el desarrollo de la prueba.

Los radioaficionados montan un gran dispositivo que centraliza todas las comunicaciones en la zona de la Serreta. Allí instalada, la emisora base llega a todos las unidades distribuidas en los lugares más críticos de los más de cuatro kilómetros del cañón.

De este modo, en caso de accidentes o percances menores de algún participante, inmediatamente, el radioaficionado conecta con su ´walkie talkie´ con algún grupo de socorristas que inmediatamente acude hasta el lugar.