Estos genes son la nueva puerta de investigación en la búsqueda del factor diferenciador humano y ha sido abierta por un estudio realizado por los científicos del Instituto Smurfit de Genética del Trinity College de Dublín, según publica hoy "Genome Reserch".

Independientemente del resultado final de la investigación, se derriba así una de las leyes de la genética, al demostrarse que los genes no sólo puede evolucionar por duplicación o mutación de los previamente existentes, sino también surgir del llamado ADN no codificado o inactivo.

La hipótesis ya ha sido comprobada en moscas, primates y levadura y para trasladar este estudio al hombre, los genetistas David Knowles y Aoife Mclysaght procedieron a la minuciosa tarea de comparar los genes activos presentes en el ADN del hombre y ausentes en el del chimpancé.

Así llegaron a tres "finalistas" y, tras demostrar que eran genes activos en el hombre y que codifican proteínas, el enigma de la investigación se sitúa ahora en demostrar si la correspondiente secuencia de ADN en los primates está inactiva.

Por el momento los resultados no son concluyentes, pues sólo se ha conseguido contemplar la posibilidad de que los tres genes fueran inactivos "de facto" en los ancestros de algunas clases de primates actuales.

Además, Knowles y McLysaght reconocen que sus criterios de selección de genes fueron tan estrictos que sólo el 20 por ciento de los genes humanos eran susceptibles de ser analizados, por lo que estiman que podrían existir hasta 18 genes específicos del hombre surgidos de ADN no codificado.

Finalmente, los científicos deberán desvelar cuál es el tipo de proteínas que codifican estos genes específicos para tener un impacto tan profundo como para provocar el misterioso salto del simio al ser humano.