El director de la excavación arqueológica de la Cueva Negra, en el estrecho de la Encarnación de Caravaca (Murcia), Michael Walker, se mostró hoy, en declaraciones a EFE, satisfecho por la publicación en "Nature" de la datación de las hachas a casi un millón de años de antigüedad, si bien remarcó la importancia general del yacimiento.

La nueva datación no supone para este experto una sorpresa, ya que desde hace tiempo barajaba esa posibilidad y era conocedor de lo publicado por sus autores, Gary Scott y Luis Gibert, este último hijo del fallecido Josep Gibert, codirector de la Sima de las Palomas (Torre Pacheco) junto con él.

En la última visita pública a la cueva, en julio pasado, ya se comentó que este singular conjunto achelense-levaloisomusteroide era el más antiguo de semejante clasificación en Europa.

Indicó que con esas hachas el "homus heidelbergensis" -precursor del Neandertal-, que cabían en la palma de una mano, descuartizaban grandes animales.

Sobre la pregunta de cómo pudieron llegar estos pobladores al sureste de España, rechazó la hipótesis de que atravesaron el Estrecho de Gibraltar y consideró mas verosímil la posibilidad de que procedieran del interior y que llegaron desde Medio Oriente.

Indicó que la antigüedad de las hachas no es un hecho especialmente relevante, ya que existen hachas de similar antigüedad en Israel, y recalcó que la importancia radica más en todo el contexto de la cueva, poblada por unos homínidos que "tenían un proceso de cognición más desarrollado del que hasta ahora se había querido atribuir a pobladores de hace un millón de años".

Indicó que esos homínidos podían trabajar un canto rodado y prepararlo para sacar lascas, y podían viajar a una zona donde se encontraba un determinado material que tenía las propiedades idóneas.

Entre los restos encontrados en la cueva murciana durante los últimos años destacan dientes del heidelbergensis del Pleistoceno Medio europeo, así como fauna mayor como un ciervo gigante, además de elefántidos, rinocerótidos, bisonte, uro, macaco, hiena y jabalí.

La técnica "Levallois" o de retoque abrupto hasta ahora se pensaba que en Europa tenía 300.000 años de antigüedad, si bien los análisis paleomagnéticos empleados han multiplicado por tres las fechas estimadas para las hachas de la cueva murciana próxima al río Quípar y de otra existente en Granada, la de Solana de Zamborino.

Walker viajará la semana próxima a la universidad de Oxford (Reino Unido) para analizar los últimos datos de la técnica de luminiscencia óptica de los sedimentos de la cueva que ha realizado el profesor Jean-Luc Schewenninger.