Los vecinos de El Portús ya ven la luz al final del túnel. En dos semanas se cerrará el contrato para iniciar las obras del monte de las Casillas, que debe asegurar el firme de la colina para que los propietarios de las casas que se encuentran en la ladera puedan regresar a sus viviendas. Así lo han comunicado desde la Concejalía de Servicios Municipales, desde donde afirman que el contrato, que cuenta con un presupuesto de licitación de 164.000 euros, ahora mismo se encuentra pendiente de la empresa adjudicataria, Construcciones Urdecon, ya que según los técnicos municipales ha incurrido en una baja temeraria en su oferta para llevar a cabo los trabajos, al proponer llevar a cabo la obra por algo más de 97.000 euros.

Esta situación provoca que todo el procedimiento se prolongue unos pocos días, ya que la compañía tiene hasta el lunes para justificar su oferta y que los técnicos puedan corroborar que la cuantía se ajustará a los trabajos y garantice la ejecución de los mismos. En caso de no hacerlo, o de que los técnicos no consideren justificada la baja temeraria, el contrato irá a parar a la siguiente empresa con más puntos de la licitación, en este caso Leamar 2001, que ofertó cerca de 103.000 euros.

No obstante, desde la Concejalía señalaron que los trámites no deben prolongarse más de las dos próximas semanas, ya que en el caso de pasar a la siguiente empresa que licitó, ésta deberá presentar el plan de seguridad y los papeles para comenzar la obra.

Una vez solventado este pequeño escollo, la Junta de Gobierno local deberá dar el visto bueno definitivo al contrato y se podrán comenzar los trabajos. Desde el Ayuntamiento confían en que el inicio de las obras, que cuentan con un plazo de ejecución de tres meses, no se dilate más de un mes, por lo que podrían estar terminadas para el mes de septiembre.

Estabilizar el talud

Sobre el proyecto, las soluciones que se deben adoptar se centran en la estabilización del talud evitando que se reproduzcan desprendimientos de bloques de roca y recogiendo a pie del talud los pequeños desprendimientos de fragmentos de roca de tamaño centimétrico.

Para ello, se dispondrán anclajes permanentes que 'cosan' los bloques superficiales más inestables de la cara del talud a la roca de mejor calidad situada en profundidad. Del mismo modo, para estabilizar la parte delantera del talud se dispondrá de doble malla que conecte todas las cabezas de los anclajes, una red o malla de mayor resistencia que evite la caída de bloques y una de menor luz de malla o abertura que recoja los fragmentos de roca de tamaño más pequeño.

Respecto a la barrera dinámica instalada actualmente en el monte, se ha apreciado un grado de corrosión de los paneles de red de cables de acero cuya misión es la intercepción de la trayectoria de las piedras, deformándose y transmitiendo las solicitaciones a los anclajes. Se trata de un elemento con una edad aproximada de 10 años, por lo que el grado de corrosión está inducido por el tipo de material suministrado en la obra inicial.

No obstante, el proyecto recoge que su sustitución se podrá plantear en posteriores actuaciones de mantenimiento, ya que recambio no es objeto de los trabajos previstos.