Más control sobre las autocaravanas es lo que piden los vecinos de la localidad cartagenera de La Azohía al Gobierno municipal tras el aumento de la presencia de estos vehículos en la población costera. Así se lo hicieron ver a representantes de Cartagena Sí Se Puede (CTSSP) en una reunión mantenida hace escasos días y que llevó a la formación morada a emitir una nota calificando la situación de «grave».

Y es que, según los residentes, la indignación de los vecinos se centra en cómo se aprovechan los usuarios de estas autocaravanas de los servicios que pagan entre todos. Así, la asociación vecinal de la localidad considera que la presencia de los vehículos perjudica el entorno, ya que utilizan las duchas y lavapiés que hay en las playas cercanas, e incluso tiran las aguas negras generadas de su día a día en las ramblas cercanas.

Desde el partido promovido por Podemos recogieron las quejas de los residentes, que también se centran en la falta de control en las entradas y salidas de los vehículos, ya que no se les pide en ningún momento documentación alguna a los propietarios de las autocaravanas que estacionan junto a la iglesia de la localidad y la plaza Juan Paredes, mayoritariamente, con la inseguridad que ello conlleva.

Desde CTSSP recordaron que el concejal de Servicios Municipales, Juan Pedro Torralba, ya se comprometió en 2015 a estudiar el caso, aunque a fecha de hoy «sigue sin dar solución alguna», recalcó la portavoz de la formación morada, Pilar Marcos. Asimismo, aludió a una moción aprobada este mismo año por unanimidad del pleno municipal para que se aplicara la normativa vigente de autocaravanas, lo cual tampoco se ha ejecutado, lamentó la edil.

La moción en cuestión la presentó el PP y estuvo defendida por el concejal Diego Ortega, quien destacó que eran muchos «los casos donde las autocaravanas acampan sacando elementos que desbordan el perímetro del vehículo, además de verter fluidos en alcantarillados e imbornales y que incluso algunos aparcan en el cauce de la rambla, con el consiguiente peligro que sufren en su integridad física ante posibles lluvias». Ortega recordó en su iniciativa que, según la ley, el estacionamiento de autocaravanas deberá efectuarse sin extender elementos propios que desborden el perímetro del vehículo, descansando sobre los neumáticos o cuñas de seguridad y sin verter fluidos procedentes del habitáculo ni conectarse a suministros de agua o a otros no autorizados. La iniciativa popular llegó al pleno tras el auge de este tipo de turismo en el municipio.

Y las quejas vecinales no finalizan con las autocaravanas, ya que hablaron de «peticiones históricas» que no han obtenido respuesta por parte del Ayuntamiento, hasta ahora.

Concretamente, los residentes informaron a la portavoz de CTSSP de peticiones que elevaron en octubre de 2017 al Gobierno municipal. Entre otras reclamaciones se encontraba el repintado de pasos de peatones, el arreglo de señales de tráfico, la instalación de badenes para reducir la velocidad de los vehículos que circulan por la carretera principal de la localidad, «y algo tan importante para ellos como organizar el paso de bicis y peatones en el paseo marítimo», recalcó Marcos. Sin embargo, según dijo la edil, «ninguna de estas demandas han sido atendidas, ni siquiera contestadas, dando muestras de una falta de respeto hacia las vecinas y vecinos de la localidad costera».

Campillo de Adentro

La reunión de Cartagena Sí Se Puede con colectivos vecinales también llevó al partido promovido por Podemos a la población de Campillo de Adentro. Los representantes vecinales trasladaron al grupo municipal CTSSP su preocupación por la falta de alumbrado y el mantenimiento de los caminos rurales. También en esta ocasión las quejas habían sido trasladadas hacía meses al gobierno municipal, sin obtener ninguna respuesta. «Entendemos que el Gobierno debe priorizar, también la situación de abandono de todos los barrios y diputaciones que llevan años sin ser atendidos, pero hay que saber gestionar las demandas básicas y atender a los vecinos, al menos contestando a sus peticiones, y posteriormente acometer las más urgentes. Lo contrario es ningunear y faltar al respeto a los vecinos», apuntó Marcos.