Integrantes de la Liga Rural y de la Asociación de Amigos del Monasterio de San Ginés de la Jara se reunieron ayer con la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, para transmitirle sus preocupaciones sobre la conservación del patrimonio rural que hay repartido en el término municipal.

En concreto, reivindicaron que el Ayuntamiento se ponga manos a la obra y ataje la situación de más de 150 molinos del municipio, que, según ambos colectivos, siguen en riesgo de derrumbe. Además, critican el «mal estado» en el que se encuentran los cinco molinos que se restauraron en 2005 gracias a las ayudas de Europa. Es el caso de los molinos de La Palma, La Puebla, Santa Anta, Pozo Estrecho y Cuesta Blanca. En este último enclave, el molino afectado es el de Zabala, que es el más antiguo del Campo de Cartagena y data del siglo XVIII. Sostienen que estos cinco molinos vuelven a estar rotas con maderas inservibles y velas rajadas debido a no haber tenido un correcto mantenimiento. Por el momento, según la Liga Rural y la Asociación de Amigos de San Ginés de la Jara, el Ayuntamiento, a falta de fondos, se ha comprometido a elaborar un inventario en el que se detalle el estado de cada uno de los molinos que hay en el término municipal de Cartagena.

Al margen de esto, ambas organizaciones le transmitieron a la alcaldesa que consideran «insuficiente» la restauración que la empresa Portmán Golf tiene pensado acometer en las ermitas del Monte Miral , situadas junto al monasterio de San Ginés de la Jara. Tres de las ermitas están protegidas como Bien de Interés Cultural (BIC) junto al conjunto eclesiástico. Argumentan su postura en que la empresa constructora solo va a «parchear» las ermitas, y no se va a poner a hacer la «profunda» rehabilitación que requieren para devolverlas a su estado originario.

Respecto al monasterio de San Ginés de la Jara, los dos colectivos mostraron también su rechazo a la restauración que está llevando a cabo la promotora Hansa Urbana. «No están haciendo ninguna rehabilitación, están derruyendo los muros y volviéndolos a levantar de cero usando hormigón y ladrillos, como han hecho con el muro del monasterio que da hacia Cabo de Palos», explicaron desde la asociación de Amigos del Monasterio. Es por ello, que exigen a las autoridades que supervisen in situ las tareas de rehabilitación, con el fin de que los trabajos respeten la edificación.