El fuerte de Despeñaperros, protegido como Bien de Interés Cultural (BIC), está tomado por las gaviotas mientras la Justicia dirime si libera el dinero para que se pueda arreglar. Además, a menudo hay personas sin hogar que optan por subir a las inmediaciones del castillo para pasar la noche en el cerro sobre el que se levanta este inmueble del siglo XIX.

El Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia (TSJ) recibió en enero el anteproyecto de restauración que elaboró la asociación de amigos de los castillos Aforca de la mano del Ayuntamiento de Cartagena. El TSJ tiene en su poder 435.000 euros, que la Justicia otorgó a Aforca como compensación por la no ejecución del fallo que obligaba a Fomento a derribar el remate de la muralla del rey Carlos III.

Juan Lorenzo Gómez-Vizcaíno, alcaide de la asociación, explica que el TSJ les ha reclamado desde enero varias aclaraciones sobre lo que se va a hacer en Despeñaperros con el dinero. Así, avanza que el último de los requerimientos es que se detalle de forma pormenorizada en qué se va a invertir el dinero. Dicho informe, según el máximo responsable de Aforca, será presentado esta semana ante la Justicia. «En definitiva, lo que buscamos desde la asociación es utilizar los 435.000 euros para conservar toda la silueta exterior del castillo. Queremos restaurarlo de fuera hacia adentro, y, si sobra dinero, recuperar parte del interior del fuerte», apunta Gómez-Vizcaíno. Además, ya explicó que también buscan recuperar la antigua cota de terreno para que el camino de acceso a la fortificación sea lo más fiel posible al que hubo antaño. El anteproyecto presentado por Aforca cuenta con el respaldo de la Administración local y regional. Precisamente, el Consistorio desbrozó toda la maleza del monte a finales de 2017. En esa fecha, los operarios municipales también colocaron rocas procedentes de los espigones retirados por Costas en Los Urrutias para evitar que los coches estacionen en el pequeño solar que da a las calles Travesía de Antigones y Subida San José. Sin embargo, estas piedras fueron retiradas en Semana Santa y ahora los vehículos siguen estacionando en este lugar.