Valientes por tierra y mar. Ese es lema del cuerpo militar más antiguo del mundo, la Infantería de Marina española, que acaba de cumplir 481 años de servicio.

Todo empezó en el año 1537, cuando el rey Carlos I asignó a las escuadras de Galeras del Mediterráneo las Compañías Viejas del Mar de Nápoles. Por entonces, una treintena de arcabuceros defendían estas naves con armas largas de fuego antecesoras al mosquete.

Esos fueron los inicios de este cuerpo de élite de la Armada Española que años más tarde, en 1566, el rey Felipe II constituyó como auténtica fuerza de protección de desembarco anfibio.

Por una vez, España fue pionera en el mundo; ya que tras la estela de este cuerpo prosiguió la creación de otros similares, como el inglés o el de los marines estadounidenses. En este sentido, a los yanquis les sacamos más de dos siglos de ventaja. Todo ello fue gracias a la apuesta de la Casa Real por este cuerpo. Precisamente, esta vinculación con la Corona está presente en el uniforme de la Infantería de Marina. Los soldados lucen una franja roja en el pantalón de su uniforme como guiño a esta relación con la monarquía.

Su capacidad para embarcar en muy poco tiempo junto con apoyos aéreos y terrestres orgánicos de la Armada, convierte a la Infantería de Marina en una unidad de alto valor estratégico por su alto grado de adiestramiento, capacidad y posibilidad de posicionarse de forma rápida y discreta en aguas internacionales; constituyendo así un factor de disuasión considerable.

Entre las cualidades que destacan a un infante de Marina sobresalen algunas como desarrollar un fuerte carácter de adaptación a las nuevas situaciones;el respeto a los superiores, la lealtad con los compañeros, el ser generoso y sacrificado en el trabajo, ser un defensor de las tradiciones del Cuerpo y enorgullecerse de su historia; así como ser personas que destaquen por su nobleza y valentía.

Cervantes en sus filas

Cervantes en sus filasEl cuerpo ha contado con muchos infantes ilustres a lo largo de casi cinco siglos de vida. El general de brigada de Infantería de Marina Andrés Gacio Painceira señala al respecto que «aunque ha habido muchos soldados ilustres, con grandes virtudes militares y personales, que han llevado a cabo hazañas que los infantes actuales recordamos y guardamos en nuestras tradiciones, a nivel del público en general, pese a no ser experto en temas militares, destaca sin duda el escritor de El Quijote, Miguel de Cervantes», quien perdió su brazo en Lepanto. Asimismo, el alto mando militar ensalza «por su carisma como soldado, guerrero, capitán de soldados y general», al maestre de campo Lope de Figueroa, que forjó su gloria militar en unos tiempos (S. XVI) en los que los tercios españoles de la Armada eran temidos y combatían en todos los escenarios.

En la actualidad, los futuros integrantes de este cuerpo se forman en el paraje de Tentegorra (Cartagena). Concretamente, en la Escuela de Infantería de Marina General Albacete y Fuster. En la ciudad portuaria se imparte la enseñanza y la formación de oficiales, suboficiales y tropa del cuerpo, tanto de formación para ser soldados y suboficiales, como de perfeccionamiento en las distintas especialidades y aptitudes que existen.

La Infantería de Marina Española se divide en tres grandes secciones: Tercio de Armada, Fuerza de Protección, y Fuerza de Guerra Naval Especial. Los dos últimos tienen sus cuarteles generales en Cartagena.

Las hazañas de estos valientes por tierra y mar están forjadas en batallas como la de Lepanto, la de la Isla Terceira, la de Cartagena de Indias, la de Pensacola y hasta en la Cochinchina.