El nuevo interventor municipal, Jesús Ortuño, tomó ayer posesión de su cargo envuelto en la polémica de su militancia en el PSOE, mismo partido que la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón. Ortuño, que es funcionario estatal y era interventor en San Javier, será el encargado de fiscalizar el gasto municipal. Ayer se estrenó en su nuevo cargo con motivo de la celebración de la Comisión de Hacienda.

El hecho de que la regidora haya fichado a alguien de su propio partido para el puesto de interventor ha dinamitado la relación del Gobierno local con los partidos de la oposición. De hecho, el portavoz municipal de Ciudadanos (Cs), Manuel Padín, se marchó ayer antes de iniciarse la Comisión de Hacienda tras conocer la vinculación de Ortuño con el PSOE. «Es una desfachatez y una falta de respeto a los trabajadores públicos y a toda la oposición», destacó Padín. La formación naranja anunció la «ruptura» de las relaciones con el PSOE. Asimismo, Padín dijo que «congela» sus relaciones con el Gobierno.

Castejón necesita el apoyo de otras formaciones para aprobar el presupuesto municipal de 2018, ya que gobierna en clara minoría. Las cuentas se votarán en abril, si hay consenso tras las últimas novedades. El partido Ciudadanos, que a priori se postulaba para respaldar los números de la alcaldesa, anunció ayer que no se sentará a negociar los presupuestos municipales de 2018 si la alcaldesa continúa con su hoja de ruta. «El mensaje que está lanzando Castejón a la sociedad cartagenera es que la regeneración política no pasa por el PSOE, al no elegir una fiscalización independiente de su gestión». A la plaza de interventor también se presentó la que hasta hace poco ocupaba el cargo, Miriam González del Valle, funcionaria no vinculada a ningún partido y que ahora pasará a ser la secretaria del pleno municipal.

Desde Cartagena Sí Se Puede (Podemos) consideraron «lamentable» que el Gobierno socialista remueva cielo y tierra para garantizarse un interventor de su partido, cuando las funciones del puesto tienen que ver, fundamentalmente, con fiscalizar y controlar de un modo imparcial las actuaciones del Gobierno en materia económica». La formación morada criticó que Castejón «continúa sin tapujos con su purga al frente del Consistorio, consistente en colocar funcionarios afines en aquellos puestos claves que pueden obstaculizar su gestión».

Por su parte, MC Cartagena resaltó que» la regidora sigue 'cortando cabezas en el Ayuntamiento para dar paso a miembros del PSOE». Además, la formación cartagenerista cuestionó la valía de Ortuño, al considerar que el Ayuntamiento de La Unión, donde fue interventor en la etapa de Francisco Bernabé (PP) como alcalde, acabó con la deuda más elevada de la Región.

El PP resaltó que «el fichaje del nuevo interventor responde a la trama de Castejón para poder aprobar el presupuesto y garantizar el sillón de la Alcaldía». Además, los populares censuraron que la regidora «siga utilizando el Consistorio como agencia de colocación del PSOE».

Las críticas a la regidora también llegaron desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca (Favcac). Su presidente, Leandro Sánchez, dijo que «esta decisión no ayuda para nada a la regeneración de la vida política y plantea serias dudas del funcionamiento de nuestro Ayuntamiento». Por último, desde la Federación Vecinal consideraron que la persona que debe controlar y fiscalizar al propio Ayuntamiento no puede ser elegido a dedo, debe elegirse por una oposición de méritos y que los candidatos reúnan las condiciones que el puesto en cuestión exige.