Decenas de marrajos celebraron ayer por la tarde el Miserere, el más importante de sus cultos a su imagen titular, el Jesús Nazareno. Como es habitual, el acto religioso tuvo lugar el tercer viernes de Cuaresma en la iglesia castrense de Santo Domingo, templo en el que se encuentra la capilla marraja.

Como novedad, la eucaristía estuvo presidida este año por el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, que animó a los hermanos de la cofradía morada a seguir el ejemplo de perdón que Jesús demostró en sus últimos momentos de vida, cuando fue crucificado en el monte Calvario. El obispo animó a los fieles a que perdonen y tengan clemencia.

«El perdón de Jesús es muy grande y llega hasta nuestros días. Él abrió su corazón misericordioso de una manera muy amplia. Es necesario que los hombres y mujeres de hoy sepamos entender que el perdón no solo es importante, sino que es necesario para nuestra convivencia. Si nos olvidamos de esta palabra estamos perdidos. El perdón nos hace grandes y abre también muchas posibilidades para una sociedad en paz. Para esto, antes hay que saber perdonar y hacerlo como lo hizo Jesús, con un corazón grande, misericordioso y entregado», señaló el obispo durante la homilía.

La jornada se inició a las nueve de la noche, cuando, desde su capilla, los marrajos partieron en procesión claustral precedidos por el estandarte de la cofradía a los sones del 'Coro de los Peregrinos', de Richard Wagner. Esta pieza fue interpretada por la coral Tomás Luis de Victoria, que también cantó durante la misa el Salmo 50 de la Biblia. Por su parte, la Agrupación Musical Sauces interpretó la marcha 'Nuestro Padre Jesús' en la despedida del Miserere mientras se bendecía el romero que tradicionalmente irá colocado a los pies de la imagen de Jesús Nazareno en las procesiones del Viernes Santo. Una vez terminada la eucaristía, los fieles compartieron una cena de hermandad en un salón de celebraciones de Molinos Marfagones. La velada sirvió para homenajear a la Nazarena Mayor, Mariana Larios.