Me gustaría haber leído algo de los que defienden los derechos de los animales manifestando su repulsa e indignación sobre los 'angelitos' que han asesinado a dos ancianos en Bilbao, así como la inacabada violencia de género y el derecho de la mujer. También me gustaría ver una manifestación de los animalistas en las granjas de ocas y patos sobre cómo los alimentan para que el hígado coja proporciones descomunales hasta su muerte; o cómo se transportan los cerdos en camiones en cuyo trayecto mueren asfixiados algunos de ellos. También me gustaría verlos manifestarse en las jaulas de atunes y cómo los suben al barco insertándoles un gancho. Y así podría decir cientos de casos de maltrato a animales (siempre según los ideales de estos antídoto).

Y no es que sean sensibles al maltrato animal (que puede ser); es que son una organización dedicada a desestabilizar todo lo que huela a España y desde luego bien orquestada y financiada. Esto, sin ninguna duda, nace de su descubrimiento de la debilidad y cobardía para aplicar las leyes de quienes nos gobiernan que, lejos de defender nuestra cultura y costumbres, se 'acogotan' y hacen como el avestruz, a ver si pasa el peligro. Pero lejos de que así suceda, lo que ocurre es que estos intolerantes se han ido arriba y los tienen contra las cuerdas. La Tauromaquia está declarada Patrimonio Cultural y la ley exige su mantenimiento y promoción y el derecho a asistir a sus festejos. Con los toros está pasando como con el 'Puigmelón' y sus acólitos: se pasan por el 'arco del triunfo' las leyes que todos acatamos, que le han cogido el tranquillo y pretenden someternos.

Mis queridos gobernantes, les invito a que utilicen sus miles de asesores para que les hagan un estudio real y objetivo de lo que mueve el toro, su entorno y su explotación; y a eso súmenle los cientos de miles de votos de aficionados y profesionales que empiezan a estar hartos de que se nos machaque, insulte y agreda sin que se nos permita ejercer nuestro derecho a la libertad a asistir a un espectáculo ¡totalmente legal! ¡Hagan ese estudio! y piensen si en las próximas elecciones dejáramos de votar a quienes no dan solución a nuestros derechos legales como ciudadanos españoles, libres, democráticos y respetuosos. Por cierto, esto no pasa en Francia, más bien al contrario; están potenciando y promocionando un producto importado de España. ¿No podíamos tomar nota de cómo lo hacen?

Creo que ya estamos hartos del catalanismo radical y de todos estos señores que atentan contra la libertad de expresión. ¡Esto está llegando a su límite!