Cáritas Cartagena y Asido contarán con 40.000 euros cada una para poner en marcha programas subvencionados por Iberdrola para la inserción sociolaboral de jóvenes en riesgo de exclusión social y desempleados de larga duración y para el aprendizaje para la vida independiente de personas adultas con síndrome de Down.

Así lo explicó ayer el director de la Fundación Iberdrola, Ramón Castresana, quien dio a conocer las ayudas en el Museo del Teatro Romano de Cartagena junto al delegado de la compañía en la Región, Patricio Valverde; el presidente de Asido, Juan Pedro Sánchez; y el director de Cáritas, José Antonio Planes.

Castresana indicó que se trata de un programa de ayudas que contempla cada año una treintena de proyectos sociales en todo el país. Desde 2010, se han impulsado más de 300 iniciativas con un impacto medio anual de 12.000 beneficiarios directos y 32.000 indirectos.

En el caso concreto de Cartagena, la colaboración entre Iberdrola y Asido, que comenzó en 2014, ha permitido un impacto directo en el proceso terapéutico de más de 150 personas.

El programa subvencionado con la asociación permitirá atender a 30 personas con discapacidad intelectual y síndrome de Down mayores de 18 años que actualmente están en el centro ocupacional y de día de la entidad. La iniciativa permitirá a los beneficiarios experimentar, de manera progresiva y en cortos espacios de tiempo de unos dos meses, la experiencia de vivir en una vivienda de aprendizaje compartida, al tiempo que podrán adquirir las competencias necesarias para acceder a una vida adulta con más independencia y normalizada posible, favoreciendo la inclusión social.

Sánchez explicó que la media de personas que se forman en la vivienda es de unas 25 al año y que la previsión para este 2018 es de una treintena. En la formación se les enseñan las labores domésticas y a salir de compras, entre otras actividades.

En cuanto al programa de Cáritas, se pretende promover la inserción sociolaboral de jóvenes en riesgo de exclusión y desempleados de larga duración. La ONG dispone además de una red diocesana para el empleo, integrada por equipos de técnicos y voluntarios que desarrollen procesos de acompañamiento para la inclusión sociolaboral. El proyecto, que contempla tres programas formativos en municipios de toda la Región, contará con 15 personas por curso, que será de 200 a 300 horas.