Licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Valencia, ha trabajado durante 18 años dirigiendo PYMES de diferentes sectores. Con el tiempo, comenzó a tener inquietudes en el ámbito del crecimiento personal. Ha realizado dos másters en comportamiento no verbal, pero es su faceta de empresaria la que le permite darle un ´toque especial´ a todos sus cursos, ya que afirma que imparte la formación que a ella le hubiera gustado que le dieran cuando se dedicaba al mundo de la empresa: muy práctica, divertida y directamente aplicable a la vida.

¿Cree que la gente le dedica la suficiente importancia al código no verbal?

No siempre. Seguramente, el déficit proviene incluso de la educación que recibimos. En el colegio se le dedican muchísimas horas a la formación en el lenguaje, que es muy importante, pero ni una sola hora a formar a los niños en inteligencia no verbal.

¿Para qué sirven los cursos que imparte, como el de ayer en Cartagena?

Para mejorar nuestra vida. Si yo consigo comunicarme mejor con mi entorno, personal y profesional, me sentiré mejor. Si consigo evitar conflictos, si escucho mejor, si comunico mejor cuando hablo, mi vida mejorará.

¿Qué tipo de personas pueden beneficiarse de estas herramientas?

En este curso tuvimos todo tipo de perfiles. Lo más importante es que tengan ganas de pasar un día intenso y divertido y de aprender nuevas herramientas. Vienen tanto profesionales de todo tipo (abogados, médicos, comerciales, empresarios, funcionarios, ingenieros, estudiantes...), como personas que, a nivel particular, desean mejorar su vida a través de su comunicación.

Una buena comunicación, ¿puede servir para encontrar trabajo o para tener más éxito profesional?

Cada vez más. Las empresas están dejando el currículum vitae en un lado de la mesa y se están centrando cada vez más en las ´soft skills´ del candidato; es decir, las habilidades interpersonales. Prácticamente todas esas habilidades están relacionadas con la capacidad del individuo para comunicarse correctamente. Digamos que nosotros somos el producto, y nuestras habilidades de comunicación son nuestro departamento de marketing.

¿Qué errores frecuentes cometemos las personas al comunicarnos?

Hay uno fundamental, que es la ausencia de una escucha de calidad. Seguramente, la vida que llevamos, muy acelerada, tiene su parte de responsabilidad en esto. Pero la buena noticia es que se puede aprender a escuchar de verdad y además hacer sentir a la otra persona que está siendo escucha. Y, créeme, no hay una persona más atractiva que aquella que sabe escuchar de verdad.

Por otro lado, tendemos a rebatir las ideas opuestas a las nuestras frontalmente, generando numerosos conflictos. Las herramientas de asertividad que enseño en este curso sirven para evitar conflictos, para rebajar la tensión, sin renunciar a la defensa de nuestras ideas.

¿Y al hablar en público?

Uno muy frecuente es desperdiciar el exordio (los primeros segundos) enumerando los logros profesionales del currículum o dando vueltas sin saber muy bien cómo empezar. Más aún si tenemos en cuenta que esos primeros segundos son los de máxima atención del público y además es cuando están decidiendo si les vamos a interesar o no.

¿Qué consejo daría para vencer el miedo escénico?

En el curso explico de forma muy precisa qué nos pasa a nivel cerebral, emocional y fisiológico cuando tenemos miedo a hablar en público. A partir de esa explicación, dejo demostrado los tres puntos donde se puede atacar ese miedo. Uno de ellos es en el aumento del número de repeticiones: cuantas más veces se produce un hecho, más baja la intensidad emocional asociada a ese hecho.

¿Cómo se define a una persona inteligente a nivel emocional?

Es aquella persona capaz de gestionar de manera adecuada sus emociones. Las emociones son todas necesarias, incluso la ira o el miedo, pero la inteligencia emocional consiste en ser capaz de sentir la emoción adecuada, en el momento adecuado y en la intensidad adecuada; ahí está la dificultad. La buena noticia es que se puede aprender y mejorar a través de la formación, así como tomando conciencia de nuestras emociones, nuestras reacciones y nuestras acciones.