Aunque la velada de Nochevieja no es tradicionalmente tan familiar como Nochebuena, continúan siendo muchos los cartageneros que no salen a celebrar la llegada del nuevo año a la calle hasta que no se comen las doces uvas de la suerte en sus casas. Por ello, el momento de máximo apogeo en las vías del casco histórico y en las discotecas que organizaron sus propias fiestas privadas no llegó hasta pasada media hora del nuevo año. No obstante, muchos son también los que optan por crear sus propias celebraciones en el hogar, algo que a menudo gana adeptos ya que se convierte en una alternativa más económica. N. G. M.