Vecino de Pozo Estrecho, estudió Filología Hispánica, es fotógrafo profesional desde hace 30 años y profesor de pintura. Es presidente de la Asociación de los Amigos del Monasterio de San Ginés de la Jara y secretario fundador de la Liga Rural del Campo de Cartagena. Defiende que la política debe ser una dedicación hermosa al servicio de la causa pública, pero que a la par, debe haber ciudadanos comprometidos, que participen en lo que es de todos y esta última es su vocación.

¿Qué opina de la restauración que Hansa Urbana está realizando en el Monasterio de San Ginés de la Jara?

En nuestra Asociación hemos visto lo que se está haciendo y pese a la alegría primera de ver que se retomaban las obras, lo cierto es que hay acuerdo en considerar que no se trata de la demandada 'restauración', sino más bien una 'reconstrucción'. Sabemos que hay que suplementar las estructuras con materiales nuevos, pero de ahí a ir demoliendo los muros originales y llenarlo todo de hormigón, cemento y ladrillos, va un trecho. Tenemos fotos que así lo atestiguan pese a que lamentablemente hay interés en que no entremos a ver la marcha de las obras. Creemos que la alcaldesa de Cartagena, como antes lo hizo su predecesor, debe responsabilizarse.

¿Se conocen futuros usos del edificio?

Creemos que se debe continuar haciendo una excavación exhaustiva de la zona, puesto que se sabe que estamos ante la punta del iceberg de todo lo que está por descubrir. Se debe continuar la restauración de las pinturas murales de la iglesia, hacer campamentos de trabajo europeos, una escuela abierta a las universidades y un Centro de Interpretación del entorno: Monte Miral, Cueva Victoria, poblados Íberos, Mar Menor, etc. También hemos abogado por el establecimiento aquí del Campus Mare Nostrum.

¿Para cuándo se va a poder visitar el Monasterio?

Nosotros siempre hemos apostado por que esté abierto, como BIC que es, a toda la ciudadanía, con visitas mensuales. Nos parece una prioridad urgente, acondicionando la zona adyacente, emprendiendo una campaña de recuperación del huerto histórico y volviendo a ser el final del recorrido de la Romería de San Ginés. El monasterio, las ermitas y la cueva victoria han de ser algo vivo, culturalmente, arqueológicamente y también turísticamente. Siempre decimos que estamos desaprovechando la gallina de los huevos de oro.

¿Cree que la restauración acaba con el expolio que ha sufrido el Monasterio durante años?

Lamentablemente se ha perdido mucho. Nuestra Asociación ha sido los ojos de la administración, que ni siquiera tiene inspección. Nos hemos ganado la enemistad de la empresa Hansa, que solo quería construir invirtiendo lo menos posible en el monasterio. Denunciamos a Patrimonio Regional y a los medios el estado de abandono y los destrozos y expolios sin fin. Hansa se tuvo que gastar dinero en arreglar los muros externos y poner vigilancia, pero más de cinco años estuvo todo abierto, y mientras, el Ayuntamiento decía «no tener constancia». Es vergonzoso lo que ha pasado y cómo los ciudadanos lo hemos consentido. Ahora ya hay mucha gente concienciada y aún estamos a tiempo de recuperar, restaurar y poner en valor, no de reconstruir y dejarlo todo falso.

¿Qué ocurre con las ermitas del Monte Miral, que son parte del BIC, pero no están incluidas en la reforma que se está acometiendo?

Son una propiedad privada llena de encanto y que está obligada a su mantenimiento y apertura al público. No podemos consentir que se caigan, aún tienen restos de pinturas murales y cada vez que organizamos rutas guiadas, la gente se sorprende y se enamora. Se abrió un expediente y multa a la empresa Portmán Golf, propietaria, que prometió su restauración, pero ha pasado más de un año y nada se ha hecho. No podemos esperar más, se deben restaurar, poner en valor y entrar a formar parte de este gran conjunto monumental, arqueológico y turístico.

¿Cree que Hansa Urbana va a terminar construyendo una macro urbanización en el Monasterio?

Hansa cayó en quiebra y ahora está la propiedad en manos de varios bancos, según tenemos entendido. Ellos quieren recuperar el dinero que el ayuntamiento se quedó a cuenta, los avales, y, evidentemente, lo quieren invirtiendo lo menos posible, por eso es más barato reconstruir que restaurar. El Ayuntamiento y Patrimonio Regional tienen que ser exigentes: Todos en pleno y con la sociedad apoyando, no con partidismos. El tema de la construcción en torno al Mar Menor es otro y no menos importante. La laguna ya no da más de sí, queda un poco del paraíso perdido y no podemos terminar de destruirlo. La riqueza económica no va a venir de construir más, sino de poner en valor la zona y hacerla atractiva.