De los cartageneros que han tenido el honor de ser ministros hoy le corresponde hacerse un hueco en estas historias a Ángel Aznar y Butigieg. Nacido en nuestra ciudad en 1847, asistió a la misma escuela superior de niños que el insigne inventor Isaac Peral con el que coincidió en 1858. Con quince años empezó su vida militar como cadete y en sólo siete años consiguió el grado de capitán.

La revista Cartagena Artística, en diciembre de 1891, decía de él textualmente «que siendo capitán había adquirido fama de valiente en el Ejército y no pasó mucho tiempo sin que alcanzara la notoriedad de oficial ilustrado y de vastísima instrucción».

Su progresión fue meteórica en el ámbito castrense gracias a sus méritos de guerra pero también destacó como autor de tratados y reglamentos militares. De sus obras citaré Organización del Arma de Infantería, Bases para la reforma de la administración de los Cuerpos y su detall y contabilidad o Reglamento de tiro para armas portátiles. Entre los cargos que ocupó antes de ser ministro figuró el de jefe de sección en el Ministerio de la Guerra, subsecretario interino y director de la Escuela Superior de Guerra.

El destino quiso que ostentara la dirección de la primera división que guarnecía la Corte y por ello en 1906 fue testigo directo del atentado del anarquista Mateo Morral contra el cortejo nupcial de S.M. Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia y de los primeros en acudir en su auxilio.

De su carrera política hay que decir que los hermanos Aznar debieron de ser un caso extraordinario pues coincidieron al mismo tiempo, Ángel ejerciendo de diputado y su hermano Justo de senador. Según las crónicas de la época, nuestro protagonista era un orador sobrio, conciso pero expresivo y de clara y rigurosa dialéctica.

Desde 1893 que empezó su labor de diputado del Partido Liberal por la circunscripción de Cartagena, siempre trabajó para que los grandes proyectos que podían beneficiar a la ciudad salieran adelante. Entre esos proyectos que contaron con su mediación uno de los más importantes fue el Proyecto de Ensanche, Urbanización y Saneamiento de Cartagena con el que se buscaba un nuevo modelo de ciudad fuera de las murallas que la constreñían.

Otro de los problemas que intentó solucionar fue la falta de trabajo para los obreros del Arsenal a finales del siglo XIX y su mediación fue importante para conseguir la construcción de nuevos buques para la Armada Española.

En el año 1908, siendo entonces teniente general, se posesionó de la Capitanía General de Galicia y dos años más tarde fue nombrado Ministro de la Guerra, siendo recibida la noticia con gran alegría en la ciudad que le vio nacer.

Como nos cuenta el que fuera cronista de esta ciudad, Federico Casal, el señor Aznar envió al alcalde el siguiente telegrama: «al jurar el cargo de Ministro y tomar posesión de la cartera de Guerra, ruégole reciba y trasmita mi saludo cariñoso a la ciudad de Cartagena, por la que siento como el más apasionado de sus hijos, verdadero culto y veneración». Tras la lectura de dicho telegrama se dio cuenta de una moción presentada por varios señores concejales pidiendo que se le nombrara hijo predilecto de la ciudad y, que a la calle de Jara, donde según noticias había nacido, se le llamase en lo sucesivo calle del General Aznar.

Finalmente, nuestro protagonista falleció en Madrid el 8 de marzo de 1924 cuando estaba en situación de segunda reserva y su muerte fue muy sentida en Cartagena.