La tragedia del submarino argentino Ara San Juan, que con 44 tripulantes a bordo se comunicó por última vez con su base hace trece días, ha hecho que el Ministerio de Defensa reactive la construcción de un nuevo buque para el rescate de submarinos. Así, se jubilará el que se emplea en la actualidad, el Neptuno. Este barco, con base en la Estación Naval de la Algameca (Cartagena), fue adquirido por la Armada en 1988, aunque se equipó para el rescate de submarinistas y buceadores en 1999. En la actualidad, los 52 efectivos que componen su tripulación encaran la recta final de la vida operativa del Neptuno.

Defensa anunció la fabricación de este nuevo buque la pasada semana, aunque el Ministerio no tiene aún concretado el diseño final del barco. Por el momento, la Marina española informa de que se está decidiendo cuál es el mejor planteamiento del barco, que será similar a los nuevos Buques de Acción Marítima (BAM) Audaz y Furor, que establecerán su base en Cartagena en los próximos meses.

El Ministerio quiere que el nuevo barco de rescate esté listo para cuando los astilleros de Navantia entreguen el primer submarino de la clase S-80, que está previsto para el año 2022. De este modo, los nuevos sumergibles de la Armada española contarán con un barco de salvamento con más prestaciones que el Neptuno, para así poner a España al nivel de otras marinas de guerra extranjeras.

El diseño inicial del nuevo buque de rescate corre a cargo de la empresa española Seaplace. Avanzan que el barco se pondrá en marcha de forma rápida y sencilla. También estará concebido para aguantar casi un mes en alta mar sin necesidad de recibir provisiones. Asimismo, podrá hacer levantamientos fisiográfico del relieve submarino. Igualmente, estará equipado con sistemas de exploración, de despresurización, de reflotamiento de submarinos, así como dos robots subacuáticos y una grúa. Esta previsto que su fabricación se concluya en tres años, una vez que el Ministerio defina el diseño final del que será el relevo del Neptuno.