Aunque hoy hace 42 años que murió Franco, ese dictador de rabiosa actualidad entre los golpistas de todas las edades, no es día de hablar de política dado que sigue sin llover. Y es que Cartagena presenta un clima mediterráneo de tipo semiárido, debido a su disposición orográfica al este de las Cordilleras Béticas, y las borrascas atlánticas lo han tenido difícil, desde tiempo inmemorial, a la hora de verter sus aguas en nuestros campos. Las precipitaciones aquí siempre han sido escasas, de unos 350 mm anuales, y la sequía es ya una endémica calamidad que nos visita con más frecuencia de la deseable distorsionando el desarrollo económico de nuestra tierra.

El año hidrológico en Murcia, que no coincide con el año natural, es un periodo de doce meses en el que se miden las precipitaciones en la cuenca hidrográfica del Segura (CHS). La anualidad 2017-2018 daba comienzo el pasado 1 de octubre, y el día 25 ya se producía una reunión del Consejo de Gobierno de la CHS para tomar nuevas decisiones ante esta tercera campaña de sequía, que arranca por primera vez con fuertes medidas de ahorro. La CHS presenta una capacidad de 1140 hectómetros cúbicos, aunque a 13 de noviembre solo almacenaba 131 hectómetros cúbicos (un 13%), frente a los 261 del año pasado (23%). Así pues, con el agua disponible no se pueden satisfacer todas las necesidades y el Consejo de Gobierno, según las prioridades del Plan Hidrológico de la Demarcación del Segura, atenderá principalmente el abastecimiento de la población.

Como buenas noticias (hídricas), destacaremos que el Gobierno de España acaba de prorrogar hasta el 30 de septiembre de 2018 el Real Decreto de Sequía, que ya se aplicaba en la CHS desde mayo de 2015; que el agua desalada anualmente en la planta de Torrevieja, la más grande de España, pasará de los 40 hectómetros cubicos que produce actualmente, a los 80 antes de verano y se trabaja para que pronto alcance el máximo de su capacidad (120 hectómetros cúbicos); y que el Tribunal Constitucional, en Sentencia del pasado 19 de octubre, echa por tierra la reserva hídrica de Aragón y blinda la Política del Agua en España como una competencia exclusiva del Estado, conforme al Artículo 149-1 de la Constitución. Así, se impide de una vez que las autonomías más 'solidarias' puedan decidir sobre los recursos hídricos de las cuentas españolas.

Hay muchas provincias que no están ni acostumbradas ni preparadas para recibir la larga visita de esta 'seca' calamidad, casi nuestra, que cabalga por toda la península generando máxima preocupación; nosotros, en cambio, estamos acostumbrados. Esta milenaria ciudad y su campo cartagenero padecen sequias desde mucho antes de que nos visitaran los romanos, aunque en estos tiempos se hacen más visibles gracias los medios de comunicación; no obstante, siempre ha sabido salir adelante y seguro que en esta ocasión también lo hará. Para ello, debemos ser conscientes de la necesidad de ahorrar tan preciado líquido y de no derrochar ni una sola gota.

Por último, habida cuenta de que el decreto de nuestro obispo de hace tres semanas en el que nos exhorta a rezar 'para pedir el don de la lluvia', no ha dado resultado en noviembre; lo mismo habría que solicitarle ya una misa de rogativa ante la Virgen de la Caridad, que seguro escucha nuestros ruegos y? nos depara tamaña bendición en diciembre.