¿Tenía usted constancia de que los programas informáticos y los creativos pueden dirigir nuestros gustos? ¿Sabía que pueden seducirnos como las sirenas de Ulises hasta hacernos coger de la estantería del supermercado un producto en el que ni habíamos reparado e conseguir que admiremos a alguien? Pues así es.

A nosotros, los ciudadanos de a pie, a esta masa de individuos orgullosa con aires liberales e incluso de tintes liberticidas, nos apasiona pensar que tenemos personalidad, que decidimos por nosotros mismos y que nadie nos influye ni nos determina; si bien resulta que en esta nueva era tecnológica, eso ya no es así salvo que usted habite aislado o pretenda vivir en este mundo sin ser de este mundo, como procuraban los sufíes. A mí esto me provoca una especie de rechazo, pero no puedo negar la aplastante realidad sobrevenida que nos gobierna a golpe de timón y con rumbo verdadero, ni tampoco puedo dejar de situarme a la altura de los tiempos, como exigía Ortega y Gasset a todo hombre culto. Es un tema de candente actualidad que permite muchas opiniones, desde las más puristas antiMachines hasta las Teslaadictos. Hay para todo en la viña del Señor.

Desde que nacemos estamos controlados de formas muy distintas y, poco después, fiscalizados. Somos inducidos como robots para ser dirigidos a donde desean los que nos gobiernan sin gobierno, menuda paradoja. Gran oportunidad de negocio para los empresarios que quieren posicionarse y vendernos sus lotes, que en ocasiones ni siquiera necesitamos. Hace tiempo que no se utiliza aquel tipo de publicidad invasiva, con la que nos agobiaban a consumidores y usuarios, y nos hacían desconfiar de la fiabilidad del producto o servicio, aquella que me explicaron cuando yo estudiaba Administración y Dirección de Empresas en la universidad. La inteligencia del marketing derivó hacia el Inboud Marketing basado en atraer a los clientes ideales, acompañándolos durante la travesía, desde que oyen hablar por primera vez de la marca hasta que se convierten en fans incondicionales de ella.

Como afirma Giorgio Ascolese, CEO de 'We Are Marketing', una de las agencias más prestigiosas de marketing digital: «El mundo digital está cambiando. Nuestra obligación es correr más que los clientes». Por este motivo, porque quiere ser pionero, está acabando de perfilar junto con Gianluca Fiorelli los detalles del que será uno de los eventos mundiales más relevantes para hablar de tecnología y marketing digital: The Inbounder Global Conference 2018. Allí, expertos y no expertos, gozarán oyendo a las autoridades mundiales del tema. Yo acudiré a la cita del 23-24 de abril en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Les mantendré informados de lo que se exponga, pero así, de avanzadilla, les descubro que se abordará la problemática relación entre humanos y robots, ese debate que Elon Musk (fundador de Tesla) cierra afirmando que los humanos cobraremos un sueldo por dejar que quienes trabajen sean las maquinas. ¿Buen vivir o aterrador? ¿Vidas sin rumbo o vacaciones permanentes? ¿Sabían ustedes que algunos robots ya han creado su propio lenguaje a escondidas de los humanos? Sí, la inteligencia artificial que se está creando piensa-razona por sí misma. A mí me asusta un poco. Lo cierto es que el futuro y nuestros gustos los comienzan a dictar la tecnología, capaz de someter al hombre del siglo XXI. Robots que hacen cálculos para saber qué ofrecernos y cuándo hacerlo. Tecnología y creatividad se unirán en un evento que, según Ascolese, «impartirá conocimiento y marcará un nuevo camino a seguir», porque ya no se hace camino al andar, como poetizó Antonio Machado. El camino lo trazan las máquinas.