Hoy vamos a cenar caras sonrientes y ensalada de sonrisas». Esta frase resulta mágica para que mis hijas se coman lo que tienen en el plato sin que les importe si les he puesto carne, pescado o verduras. Basta con coger el bote de ketchup y trazar unos labios arqueados hacia arriba, a la vez que aprovechas un par de granos de maíz o dos aceitunas para que hagan de simulados ojos. El resultado siempre es satisfactorio. La cena desaparece en un pis pas, a pesar de que algunos de los alimentos que la componen no sean precisamente de los que más les gustan. Así, además, la familia culmina el día con caras sonrientes, tanto culinarias como de ánimo.

Comparto con ustedes esta experiencia personal, que seguro que se repite con ideas similares en multitud de hogares, para elogiar la actitud de nuestra alcaldesa, Ana Belén Castejón, que siempre lleva por delante una amplia sonrisa, al menos públicamente, y eso pone las cosas mucho más fáciles tanto a ella, como a sus interlocutores. La semana empezó en La Opinión de Cartagena con una portada en la que destacaba una enorme foto de la regidora, que lucía una enorme sonrisa y mostraba el evidente avance de su embarazo y lo cerca que está el momento del parto. «El buen embarazo que estoy llevando me permite seguir con mi agenda», dijo. Y quizá sea eso, que el estado de buena esperanza en el que se encuentra y la ilusión que siente por la pronta llegada de su segundo hijo le hacen mantener una actitud positiva y optimista, lejos de disputas y enfrentamientos estériles, de discusiones que no conducen a nada y de mensajes retadores que caen en saco roto.

Castejón apenas lleva un par de meses al frente del Ayuntamiento y, aunque es más que precipitado valorar su gestión, sí que ha dejado clarísimo cuál es su estilo. La alcaldesa se ha prodigado esta semana en los medios, donde ha protagonizado varias entrevistas. Además de la publicada en este periódico, he tenido la oportunidad de ver las emitidas en la televisión regional y en la ventana que TVE reserva para la información autonómica. La sonrisa apenas le abandonaba y sus mensajes eran siempre constructivos, con una clara intención de mirar hacia adelante, de avanzar, sin detenerse en polémicas.

Un claro ejemplo de este estilo Castejón lo ha demostrado en su reunión esta semana con el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, sobre todo, con el mensaje que colgó en Facebook tras el encuentro y que me permito reproducir a continuación: «Nunca es tarde si la dicha es buena y, en esta ocasión, la espera ha merecido la pena, porque en mi primera reunión con el presidente de la Comunidad he obtenido su compromiso de que Cartagena tendrá un nuevo Plan de Barrios y Diputaciones en 2018. Además, hemos desbloqueado la ayuda para el Plan Director del Anfiteatro Romano, lo que nos permitirá avanzar en su recuperación. También hemos tratado cuestiones tan importantes como el Rosell, la ZAL, la reforma del Estatuto de Autonomía, el Mar Menor, el AVE y el Corredor Mediterráneo. Asimismo, me ha ratificado el compromiso del Gobierno central para llevar a cabo la retirada de los pasos a nivel de Pozo Estrecho, Los Mateos, Vista Alegre y La Palma. Por supuesto, no me he olvidado de nuestros agricultores y del grave problema que sufren y que, entre todos, debemos solucionar».

Castejón podría haberle reprochado al mandatario regional su tardanza en recibirla, o afearle que nadie del Gobierno regional acudiera a su toma de posesión como alcaldesa el pasado mes de junio. Podría haber recurrido al discurso separatista que tantos ánimos enciende últimamente, o al victimismo sobre cómo se priorizan las necesidades y proyectos de la capital murciana frente a los de Cartagena o los del resto de la Región. Pero ese no es el estilo Castejón. No sabemos lo más o menos reivindicativa que se mostró durante la reunión en el despacho, pero sí sabemos que nuestra alcaldesa prefiere centrarse en lo obtenido que subrayar las disputas y tensiones, prefiere quedarse con lo positivo que destacar los desacuerdos. Prefiere mantener su sonrisa a mantener una postura seria, brusca y retadora.

Seguramente, Castejón cree que su estilo optimista, positivo y conciliador es efectivo y más útil para alcanzar sus propósitos y sus objetivos que, ahora, también son los nuestros.

También celebro el mensaje que ha lanzado estos días de que le gustaría ser la alcaldesa de las cosas pequeñas, porque siempre he creído que los grandes logros se alcanzan superando pequeñas metas asequibles, que la grandeza se basa en cuidar los detalles.

Vista la actitud constructiva, pacífica y de entendimiento que ha mostrado en tan solo dos meses, lo que lamento es que sólo disponga de dos años para llevar a cabo sus planteamientos para nuestra Cartagena. Espero y deseo que no pierda el tiempo y que sus obras y sus logros nos contagien su optimismo y nos dibujen una sonrisa tan amplia y permanente como la suya.