La pesca furtiva está muy a la orden del día en Cartagena. Hace unos días, un grupo de personas fue fotografiado al meter un atún rojo en el maletero de su coche a orillas del puerto de Portmán. Sin embargo, esta zona no es el único punto caliente de la pesca ilegal. Tal y como informa Tomás Hernández, vicepresidente de FARM (Asociación de empresas de acuicultura de la Región de Murcia), «los robos en las piscifactorías son muy frecuentes, sobre todo en la zona de El Gorguel» y «ocasionan unas pérdidas millonarias».

Doradas, lubinas y atunes son las especies que más saquean en estas granjas en el mar. Hernández explica que esta recogida ilegal de peces la hacen «durante todo el año, aunque en verano aumentan por las condiciones climatológicas del agua». Según el vicepresidente de FARM, los pescadores furtivos tienen dos formas de actuar.«La primera, tirando una red de pesca dentro de nuestras jaulas; y la segunda, que es peor, rompiendo estas jaulas directamente». Este último modo, denominado como «sabotaje», es el que «más pérdidas ocasiona, ya que una sola jaula equivale a 400.000 euros de pérdidas, y en un mismo sabotaje nos han roto incluso más de una», advierte Hernández.

La mercancía robada «la venden directamente a restaurantes y pescaderías sin pasar por ningún tipo de control», advierte. Los acuicultores de la Región de Murcia están insistiendo para que haya «más controles de este tipo de pesca y venta ilegal» y que se aumente también la presencia de la Guardia Civil, concretamente el Seprona, en el mar», informan.

Por su parte, Hernández confiesa que invierten «mucho dinero en un servicio de vigilancia las 24 horas del día». Sin embargo, tal y como afirma Bartolomé Navarro, patrón de la Cofradía de Pescadores, «la mayoría de los robos los llevan a cabo buceando a pulmón, lo que hace más difícil su localización, y después utilizan embarcaciones muy pequeñas y rápidas para que no podamos interceptarlos a tiempo. Nos hacen mucho daño con estas prácticas».

Este tipo de robo organizado, según informan el vicepresidente de FARM y el patrón de la Cofradía de Pescadores, los suelen realizar grupos de varios hombres de mediana edad que tienen «una gran capacidad pulmonar para aguantar incluso cinco minutos debajo del agua», afirma Navarro.

Estas personas «son reincidentes» y buscan «sacar el mayor provecho económico posible. Pertenecen a Cartagena y a sus alrededores», concluyen.