¿Cómo es un día normal en la vida de la alcaldesa de Cartagena?

Muy largo? Jajajaj?. Mi jornada comienza muy temprano, sobre las 7.15, revisando la actualidad de mi municipio. Por lo general, cuando hay colegio, intento acompañar a mi hija en esas primeras horas de la mañana; desayunando con ella, peinándola, ayudándola a elegir la ropa que se va a poner y compartiendo esos primeros momentos del día hasta que su padre la lleva al colegio. Después comienza mi maratón de reuniones de trabajo, recepciones, encuentros con vecinos, asociaciones y colectivos, ruedas de prensa y demás, que se prolonga hasta la hora de comer, que suele ser cerca de las cuatro de la tarde, cuando solemos abandonar el Palacio Consistorial para tomar un tentempié. Los días que no tengo actos muy temprano, aprovecho para comer en casa y pasar un rato con mi familia.

¿Y las tardes?

Continúa mi jornada con los actos vespertinos. Mi equipo suele reñirme porque dicen que no sé rechazar nada, pero me gusta estar con los vecinos, allí donde me llaman, para conocer de primera mano lo que hacen y lo que necesitan. Asistir a talleres como los que organiza la Universidad Popular y estar con los alumnos, o disfrutar de las exposiciones que hacen las amas de casa y de los encuentros que organizan los vecinos es un privilegio porque disfruto con su compañía y aprendo qué debemos mejorar en todos los aspectos. Ahora, en verano, también intento visitar las fiestas de los pueblos, así que de noche también hay actos? A todo eso hay que sumarle el trabajo interno, el que no se ve ni se publicita. El que requiere más horas porque es el verdadero motor que mueve el Ayuntamiento y nos ayuda a transformar nuestro municipio. Para ese siempre hay tiempo; mañana, tarde y noches si es necesario.