La fuga de talentos ya es algo habitual en nuestro país. «Los investigadores no tienen oportunidades en España porque el Gobierno central no invierte lo suficiente en ciencia», afirman desde la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), cuyos profesores también han advertido en diversas ocasiones que los alumnos «salen muy bien preparados» para el «escaso futuro» que les depara en nuestro país.

Esta situación, que se da desde hace varias décadas, se ha convertido en algo «insostenible para muchas personas cuyas dificultades aumentan por las cargas sociales o por sus familias», dice Beatriz Miguel, vicerrectora de investigación de la UPCT. De hecho, asegura que «hay demasiada gente que se tiene que ir fuera del país, y es algo que no se puede concebir porque ellos están bien formados».

Así, la vicerrectora afirma que incluso alumnos suyos que son ingenieros químicos, están trabajando actualmente en Holanda o en Alemania. «Concretamente, en investigación estamos teniendo problemas para la captación de recursos humanos. Ha disminuido el número de becas, aunque existe el Programa Ramón y Cajal para que nuestros doctores del extranjero vuelvan a nuestro sistema universitario», sostiene.

Para Beatriz Miguel es fundamental tomar medidas: «Se deberían elaborar contratos de reincorporación y de relación estatutaria para que los jóvenes puedan continuar con su carrera», aunque, para ella, el problema parte de «una cuestión de inversión, tanto a nivel regional como nacional». «Las carreras de investigación se están convirtiendo en una carrera de obstáculos. Se necesita más inversión en ciencia y que se haga un estatuto de la carrera investigadora que les garantice un futuro», lamenta.

Por su parte, Joaquín Jiménez, presidente del Consejo de Estudiantes de la UPCT, también presidente de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de las Universidades Públicas (CREUP) y además estudiante de Arquitectura de la Politécnica de Cartagena, indica que los alumnos están «pidiendo a gritos que el sistema de becas y ayudas se reforme». Para Jiménez hay una solución clara a corto plazo: que se incluya a la Universidad en el nuevo Pacto Social y Político por la Educación.

Una reforma profunda

Esta nueva medida, que aún está en ciernes y ha sido debatida en el Congreso de los Diputados, «mejoraría las condiciones de la enseñanza pero incluiría únicamente a Primaria, Secundaria y otras enseñanzas obligatorias no universitarias», informa el presidente de la CREUP. «La clase política no quiere dar respuesta a las necesidades que tiene. Al final, el resultado se traduce en que hay miles de universitarios que tienen que salir de España para poder garantizarse un futuro digno», e insiste en que para él «es un total fracaso para nuestra sociedad».

Además, desde el Consejo de Estudiantes advierten de que «el sistema universitario necesita una reforma profunda», ya que el actual «es más propio de la segunda mitad del siglo XX que del XXI».

«Conozco a varios compañeros que ya son arquitectos y están trabajando ocho horas al día prorrogables por 800 euros», comenta el representante de los estudiantes Joaquín Jiménez. «Estamos hablando de unas carreras universitarias que constan mínimo de cuatro a seis años de estudio, en general, y en algunos casos con dos años de máster habilitante que permita ejercer», insiste.

La inversión en otros países

El presidente de la CREUP también ha hablado acerca del Programa Ramón y Cajal, convocado todos los años por el Ministerio de Economía y Competitividad, que consiste en promover la incorporación de investigadores, tanto españoles como extranjeros, con una trayectoria destacada en los centros I+D de España. Este programa trabaja con la concesión de ayudas para su contratación laboral y una financiación adicional para la ejecución de la actividad de investigación que se realice. Se convocan un total de 175 becas que, aunque están «muy bien valoradas profesionalmente», en la actualidad representan «un número insignificante si tenemos en cuenta el millón y medio de estudiantes universitarios del país», afirma Jiménez.

«Somos el cuarto país de Europa en precios públicos más caros», sentencia Jiménez. Si comparamos la inversión de España en Educación con la de algunos países de la OCDE, veremos que nuestro país destina «un 1,5 por ciento del PIB frente al 2,7 del resto de países y, concretamente en investigación, un 1,1 por ciento frente al 2,4 de estos miembros», denuncia. Así, «los jóvenes se marchan a Francia, Alemania o Reino Unido como destinos prometedores», concluye.