El patrullero de altura Infanta Cristina zarpó ayer de su base en el Arsenal de Cartagena para emprender un despliegue de cuatro meses de duración hacia el Golfo de Guinea. Llevarán a cabo actividades de «cooperación con los países de la costa africana para el desarrollo de sus capacidades navales», indicó su comandante, Juan Carlos Prada Pardal.

Este buque de la Armada tiene previsto hacer escala en diferentes países de la costa occidental de África, como Cabo Verde, Mauritania, Senegal, Ghana, Camerún, Santo Tomé y Príncipe, Angola, Gabón y Costa de Marfil. Con esta misión se pretende «fomentar el conocimiento y confianza mutuos y contribuir a la seguridad marítima del Golfo de Guinea mediante la realización de ejercicios de adiestramiento conjuntos», informó el comandante. «Este barco está totalmente preparado para hacer frente a cualquier riesgo, como la piratería», declaró Prada.

La tripulación, formada por un total de 81 hombres y 11 mujeres, se despidió entre lágrimas de sus familiares, amigos y compañeros en el Arsenal de la ciudad portuaria. «Es la primera vez que mi hermano se va tanto tiempo. Normalmente sus viajes eran de 15 días o un mes, como mucho», indicó emocionada una mujer. «Yo ya estoy acostumbrada a que mi marido se vaya tanto tiempo, pero lo sigo pasando igual de mal. Al menos las nuevas tecnologías nos ayudan mucho a llevar la situación», afirmó otra.

Esta misión culminará el 16 de diciembre, pasando a su vuelta por las Islas Canarias, y aportará también ayuda humanitaria a los países africanos. En estos ejercicios también participan otras naciones de forma habitual, como Estados Unidos, Alemania, Italia, Portugal, Reino Unido, Francia, Bélgica o Dinamarca.

El buque Infanta Cristina cuenta con capacidades para la guerra de superficie, guerra asimétrica, capacidad de autodefensa en guerra antiaérea y posibilidad de ser aprovisionado por medios aéreos. Actualmente cumple misiones de vigilancia de los espacios de soberanía, lucha contra el tráfico ilegal de estupefacientes y contra la inmigración ilegal y protección del patrimonio arqueológico submarino, según informa el Ministerio de Defensa.

El barco fue construido como la cuarta corbeta de la clase Descubierta por la Empresa Nacional Bazán (actual Navantia) en Cartagena y entregado a la Armada en el año 1980. Entre 2004 y 2005 se transformó en patrullero de altura con el número P-77.