La llegada del drillship Atwood Advantage ha permitido a la Autoridad Portuaria abrir un nuevo mercado en la dársena de Escombreras. Se trata del primer buque de perforación que atraca en el puerto cartagenero para llevar a cabo labores de mantenimiento tras concluir sus trabajos en los pozos de petróleo de la costa de Israel. Es, además, la primera plataforma consignada por Hamilton y Cía, del grupo Transcoma.

Desde la Autoridad Portuaria estiman que la estancia del barco será de unos seis meses, en los que realizará paradas técnicas de mantenimiento que supondrán un beneficio tanto para la comunidad portuaria como para la industria local de la ciudad. Y es que, según indicó el jefe de Planificación de la Autoridad Portuaria, José María Gómez, es habitual que los propietarios de estos buques peinen las empresas locales «para contratar los servicios de cara a sus paradas técnicas, por lo que varias compañías del municipio se beneficiarán de estos trabajos».

Además, se da el caso, según Gómez, de que «Cartagena cuenta con un tejido industrial bastante especializado en tareas marítimas y de cargamento gracias a las grandes compañías que operan en la ciudad, como Repsol, Navantia o Sabic, por lo que tanto los propietarios como las empresas pueden beneficiarse mutuamente».

Otro de los beneficios de la llegada de esta plataforma repercutirá directamente en la Autoridad Portuaria. El buque cuenta con una eslora de 238 metros, una manga de 42, cuenta con una capacidad operativa para trabajar a profundidades de 3.658 metros y tiene capacidad para albergar a 200 personas y ha permitido seguir rentabilizando la obra del dique suroeste de la dársena de Escombreras, inaugurado en 2007, de unos 40.000 metros cuadrados de superficie y casi 600 metros de línea de atraque, con 24 de calado; y que supuso una inversión de 30 millones de euros.

«Se trata de un tráfico adicional, ya que no es un barco que mueva mercancías pero sí que aporta un valor añadido al Puerto», afirmó el jefe de Planificación de la Autoridad Portuaria. Según Gómez, se trata también de una prueba para el puerto, ya que infraestructuras para este tipo de buques sólo se disponen Tenerife y Cartagena.

«Abre la posibilidad de que lleguen más plataformas de este tipo», dijo el responsable portuario, quien añadió que «la empresa que gestiona este drillship cuenta con otros cuatro o cinco barcos de similares características, por lo que si demostramos un servicio eficiente, tanto del puerto como de las empresas auxiliares que contraten para sus labores de mantenimiento, podemos consolidar este mercado en la ciudad».

De hecho, Gómez comparó el nuevo mercado que se abre con el Atwood Advantage con el de yates de lujo de Navantia. «Cuando empezaron a trabajar con este tipo de embarcaciones de recreo, apenas llegaban yates a Navantia, pero con el trabajo eficiente de la empresa y los trabajadores, ahora es raro el día en que no ves un gran barco en el astillero», recordó el jefe de Planificación del puerto.