Atracados en Navantia y sin saber qué hacer. Es la situación que han vivido los once tripulantes del carguero Os Yousr, con bandera de Panamá, que llegó al astillero cartagenero el 24 de enero de este año para una reparación y que aún permanece en las instalaciones de la empresa, a la espera de que el armador, de origen egipcio, se haga cargo de él.

Han sido seis meses de angustia que, al parecer, en los próximos días podría llegar a su fin. Y es que, según han afirmado los propios tripulantes a los trabajadores de Navantia, el armador 'desapareció' y dejó de pagar sus nóminas, por lo que se vieron desamparados y sin saber qué hacer, ya que no podían ni comprar alimentos de las máquinas expendedoras del astillero.

Una situación que llevó a los marinos a contactar con el sindicato internacional ITF, especializado en asuntos relacionados con la marina mercante, al que pidieron ayuda para poder subsistir hasta que el armador se hiciera cargo de sus salarios y de la reparación del buque. Según ha podido saber esta Redacción, el sindicato se hizo cargo de los suministros para los tripulantes, para que pudieran alimentarse y estar en unas condiciones dignas mientras esperaban noticias.

Desde Navantia indicaron que la situación es totalmente ajena al astillero, aunque han facilitado en todo momento el acceso de los suministros para los marinos. De hecho, la compañía también ha sido una de las perjudicadas, ya que el armador también dejó de pagar la reparación del buque, que llegó a la ciudad tras permanecer atracado durante unos días en el puerto de Valencia.

Ahora, la situación parece que se podría reconducir próximamente, ya que, según fuentes consultadas, el armador podría haber vuelto a hacerse cargo de las nóminas de los empleados.

Resuelto el asunto de los salarios de la tripulación, habrá que comenzar las repatriaciones de los trabajadores a sus países de origen. Según ha sabido este periódico, el carguero contaba con más tripulación que los once hombres que aún permanecen en el interior del barco, aunque el resto pudo encontrar otro empleo y abandonar el buque para incorporarse en su nuevo destino.

Algunos de los trabajadores de Navantia que han tenido contacto con los tripulantes indicaron que los primeros días, los marinos pudieron subsistir con las provisiones que tenía el barco, pero que con el paso de los días se vieron obligados a pedir la ayuda de los empleados del astillero para poder comprar alimentos, hasta la llegada de ITF.

Pendientes del pago

Desde Navantia indicaron que el siguiente paso será requerir al armador el pago de la reparación que se ha llevado a cabo en el carguero. «En caso de que abone el coste de los trabajos, se procederá a la reparación; pero si no afronta el pago, se le requerirá para que se lleve el barco de las instalaciones», indicaron.