Crear un museo flotante que muestre a los visitantes la evolución de los barcos a través de réplicas de buques clásicos que tendrán capacidad para surcar las costas cartageneras. Es el sueño de un grupo de aficionados a los barcos clásicos liderados por el presidente de la Asociación de Escuelas Náuticas de la Región, Antonio Maestre, que ya han seleccionado el lugar idóneo para atracar los buques cercanos de estas características: la Cola de Ballena.

El objetivo, según cuenta Maestre, es «dar vida» a una zona del puerto con apenas visitantes, ya que la mayoría se concentra en los locales hosteleros o acceden a la ciudad por la plaza Héroes de Cavite. «Creemos que ese rincón del puerto también tiene su encanto, con el Museo Naval y el antiguo Club de Regatas, pero está desaprovechado», dice el aficionado.

De hecho, Maestre asegura que permitir el atraque de este tipo de barcos, reproducciones de embarcaciones del siglo XIX, en su mayoría, permitiría la visita a ciudadanos y turistas, y también de rupos y escuelas que quieran enseñar esta forma de navegar.

Los cálculos de los aficionados fijan en una docena de buques clásicos los amarrados en puertos cercanos a Cartagena. En la ciudad está el buque escuela Buenaventura, del propio Maestre, una réplica «casi exacta», tanto por dentro como por fuera, de un navío del siglo XIX. Se encuentra junto al acceso a la terminal de cruceros y hasta hace poco surcaba la costa en excursiones de navegación.

No obstante, según revela el presidente regional de las Escuelas Náuticas, «sacar el barco es costoso y los precios del atraque también» por lo que la propuesta de un museo flotante busca también conseguir ayudas para mantener el punto de amarre en la ciudad. Y es que, según Maestre, ya ha habido propietarios que han tenido que llevarse su barco de Cartagena por el precio de atraque.

Así, el aficionado destaca que existen buques clásicos en Cabo de Palos, Mazarrón y otros lugares cercanos que «seguro que volverían al ver que hay una iniciativa que los convierte en más que unas cuantas maderas flotantes. Con nuestra idea daríamos vida a los barcos y permitiríamos a los ciudadanos conocer una parte fundamental de la ciudad: su vida dedicada al mar». «Sería un buen homenaje para nuestros marinos históricos», añade.

Imagen del interior de la embarcación. F. G. P.

Asociación de vela clásica

Y lo que proponen no es solo el cambio de ubicación de los barcos clásicos, sino que los aficionados también se han movilizado para crear una asociación de amigos de la vela clásica, con el objetivo de promover actividades y permitir a los interesados que conozcan de cerca cómo se navega en este tipo de embarcaciones. «Es una idea que aún hay que perfilar, pero creemos que sería interesante», dice Maestre.

Reuniones con el Puerto y el Ayuntamiento

El presidente de la Asociación de Escuelas Náuticas de la Región, Antonio Maestre, señala que ya han mantenido reuniones con el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria para plantearles llevar barcos clásicos a la Cola de Ballena para que sean visitables y den vida a la zona. No obstante, tanto el Consistorio como el puerto señalaron que no tienen constancia de ninguna propuesta en este sentido, aunque ambas instituciones se mostraron abiertas a estudiar cualquier idea que potencie el turismo.