La Asociación Procabo se constituyó hace apenas un mes y medio y ya tiene una hoja de ruta clara sobre sus objetivos a corto y largo plazo para intentar «sostenilibizar» el entorno de Cabo de Palos y ayudar a que otras generaciones puedan conocerlo en su esencia, según explica su presidente, Enrique García Faria. El ámbito de actuación en el que se centran se alarga desde el Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, por la parte sur, y hasta el límite con las dunas de las Amoladeras, por el norte.

Los veinte miembros que conforman el núcleo de Procabo responden a profesiones relacionadas con el ámbito de la biología marina, la arquitectura y el urbanismo, el área medioambiental, la química o la cultura, pero sobre todo se trata de gente «experta en el mar» y con una serie de preocupaciones conjuntas. En palabras del cabeza visible del colectivo, se muestran inquietos por las actuaciones que están ocasionando la degradación de la zona como son el tráfico deportivo, el fondeo y la práctica ilegal de buceo, además de la pesca con caña que «tanto plomo deja en el ecosistema». Añade que «no se han respetado los arribazones de la Posidonia oceánica, una planta protegida por la legislación europea en la que se albergan numerosas especies de pescado», y recuerda que se trata de un tipo de planta cuyo crecimiento es de un metro cada cien años aproximadamente, por lo que «hay que actuar desde ya».

Objetivos a corto plazo

Enrique García insiste en que «hay mucho trabajo por hacer», pero tiene claras cuáles son las prioridades inmediatas de la asociación.

«A corto plazo, lo que queremos conseguir es el vertido cero de la depuradora sur del Mar Menor», una instalación que según comenta recoge desechos de La Manga y de la zona más meridional de la laguna salada, y que aunque se creó como «aliviadero», se ha convertido en una salida continua de deshechos que «empobrecen la calidad de las aguas y del Parque Regional de Calblanque».

Por otra parte, quieren comprobar el tráfico de sondeos del ámbito marítimo que les atañe y colaborar para proteger la Posidonia, ya que la entienden como clave para la mejora del entorno. «Nos unimos a la plataforma Salvemos el Faro porque estamos en contra de su privatización, y también queremos trabajar en conjunto con la asociación de vecinos para peatonalizar todo el pueblo».